MATEO 18 .21Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿Cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.

Tengo que reconocer que algunas veces me cuesta perdonar (¡y qué decir de pedir perdón!) ¿Cómo podré perdonar setenta veces siete? ¿Qué quieres decir con esto? ¿Perdonar sin arrepentimiento? ¿Perdonar tantas veces el mismo pecado u otros distintos?

¡Con qué facilidad pecamos, tropiezo en la misma piedra una y otra vez! Aun conociendo mis flaquezas, las áreas donde soy más débil y sigo abriendo la puerta. Debería de poner constante vigilancia a mi imaginación, a mi corazón, a mis ojos… y es todo lo contrario, juego al despiste, ignoro el peligro…

Deberías estar alarmado, Señor, tú que conoces tan bien el estado de mi mente y corazón, y aun así siento una y otra vez tu paciencia, tu sostén, tu perdón, no ya setenta veces siete, sino miles de veces.

Viendo las veces que tú me perdonas, ya no me parece tanto las veces y el esfuerzo que yo debo de ejercer para perdonar, mi hermano y yo somos de la misma naturaleza.

Ante ti yo soy el deudor de los diez mil talentos (v.24) y mi hermano el de solo cien denarios (v.28)

Ayúdame a sentir más el peso de tu perdón para así sentir cada vez menos las faltas de mi hermano.

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