MATEO 24Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor.

Velar, estar a la expectativa y tener la convicción de que en cualquier momento puede aparecer tu Hijo.

No quieres que mire calendarios o haga juegos de fechas y profecías. No quieres que pase horas mirando al cielo, aunque eso en ocasiones me anima.

Lo que quieres, y así lo siento en esta tarde, es que vigile mi corazón, mis pensamientos y mis obras, pues tú me conoces y sabes cuán fácil me puedo adormilar, o entretenerme con los colores y la música del mundo, o dejarme llevar por mi imaginación y mis sueños. Y si eso ocurre dejo de hacer tu tarea, dejo de hacer tu servicio encomendado.

No, no hay muchas cosas que hacer, no me quiero afanar en lo que no puedo retener, sino en lo importante, en ti (Luc.10:41-42). Y al centrarme en ti, me centro en mí, en mi alma, en mi relación contigo.

Si tú vienes ahora ¿estoy preparado? ¿Qué verás en mí, cosas que te avergüenzan o que te agradan? ¿He hecho mi parte, hay alguna tarea aún sin acabar, me estoy esforzando lo suficiente? ¿Estoy advertido de los peligros, he alertado a todos a mi alrededor lo suficiente, tanto a creyentes como a no creyentes?...

No, no sé cuando será la hora, pero bendito seas porque sí sé seguro que habrá una hora, y yo saldré a recibirte.

0
0
0
s2sdefault
Back to Top
Las cookies facilitan la prestación de nuestros servicios. Al utilizar nuestros servicios, usted acepta que utilizamos cookies.
Política de privacidad De acuerdo Rechazar