SALMOS 80 19¡Oh Yahveh, Dios de los ejércitos, restáuranos! Has resplandecer tu rostro, y seremos salvos.

Por tres veces haces repetir esta frase a tu siervo, para que quede clara en nuestra retina (v.3, 7, 19) y conforme progresa el salmo haces más fuerza en tu nombre. “Oh Dios. Oh Dios de los ejércitos. Oh JHWH Dios de los ejércitos”.

Mi pecado, nuestro pecado como seres humanos produce sombra y oscuridad y ella nos lleva a perdernos, a trastornar la verdad.

Es mi propio pecado la causa de mi deterioro, mi desánimo y dudas que me vienen a veces.

Es entonces cuando más necesario es que hagas resplandecer tu rostro delante de mí.

Es verdad que tu palabra es como lámpara de luz y que la tengo conmigo todo el tiempo, ella me muestra las verdades necesarias para mi alma. Gracias te doy por como ella me alumbra a lo largo del camino, pero en ocasiones es a ti a quien busco, el resplandor de tu rostro.

Benditos momentos aquellos en los que mi alma se siente como apagada y seca y tú vienes como luz deslumbrante y agua fresca y la restauras y la salvas una vez más. Entonces no hay oscuridad suficiente que te detenga, ni me detenga.

0
0
0
s2sdefault
Back to Top
Las cookies facilitan la prestación de nuestros servicios. Al utilizar nuestros servicios, usted acepta que utilizamos cookies.
Política de privacidad De acuerdo Rechazar