PROVERBIOS 4 23Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.

Me levanto cada mañana con una lista de tareas en mi mente y un montón de preocupaciones. En todas ellas quiero lo mejor y, por eso, te pido siempre ayuda a causa de mis debilidades y defectos.

Pero hoy me recuerdas que debo empezar por mí, que soy yo el primer objetivo de mi esfuerzo. Si yo caigo, lo que viene conmigo puede que también, tengo que vigilar mis labios (v.20, 24), mis ojos (v.21, 25), mis pies (v.26)… pero sobre todo mi corazón.

Mi corazón es importante porque es la fuente de mis sentimientos y pasiones, el impulso principal de mi voluntad y, si se equivoca en su elección, podría dañar mi alma, podría hacer perder mi tiempo y gastar mis dones en lo que no es útil. Sí, porque tu palabra lo dice y yo lo experimento; mi corazón es mi fuente de vida y si se seca o empobrece, todo mi ser lo hará.

Padre, por eso me diste un nuevo corazón donde pudiera obrar y morar tu Espíritu, y hacer que yo pudiera creer y rendirme a Cristo.

Ahora, Señor, no dejes de obrar en él, ayúdale a creer más, a corregirse, a elegir bien, a apasionarse por ti y por lo que es tuyo.

Ayúdame a amar la vida que me has regalado guardando este corazón mío.

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