librosAcabo de leer un libro que narra la transformación y sus razones de un conocido filósofo ateo a la convicción de que debe de haber un Dios personal que ha diseñado y producido la vida tal como la conocemos.

Después de 70 años de ateismo, 50 de ellos en un ateismo activo, varios libros filosóficos con sus pruebas, y a pesar de las terribles críticas de antiguos compañeros, públicamente, primero en vídeo y luego por este libro, se ha retractado y muestra las pruebas y argumentos científicos que le han llevado a este cambio, siguiendo su lema “ir donde me lleve la evidencia”.

La honestidad, seriedad y fuerza de sus argumentos hacen del libro una agradable, profunda y necesaria lectura para ateos y teístas.

A mí personalmente, me lleva a hacer varias consideraciones:

Primera, aunque el autor aún no ha llegado a una conversión a Cristo (se confiesa deísta, no convencido de revelación alguna, aunque está en contacto con cristianos y ve al cristianismo superior a las demás religiones), sí que muestra que no importa lo mucho que uno pueda alejarse de Dios, siempre es posible la vuelta.

Segunda, si con más de ochenta años ha reconocido sus errores, además de su muestra de valor y honestidad, nos enseña que nunca es demasiado tarde. Seas quien seas o en la persona en la que estés pensando, cabe la esperanza que las pruebas de la razón, la semilla de la fe y/o la fuerza del testimonio de otros, convenzan al más duro ateo.

Tercera, las razones filosóficas y científicas no siempre son definitivas. Dar tiempo al tiempo es una buena medida para analizar las ideas, en particular las espirituales.

La historia nos enseña que la más razonable de las lógicas, la más científica teoría y la más fundamental de las filosofías, tiene en su raíz la posibilidad de la modificación y el error y por tanto en cada uno de nosotros la necesidad de reconocerlo y de cambiar, pero la Palabra revelada de Dios permanece para siempre.

Cuarta, siempre es necesario conocer las dos caras de cualquier asunto para juzgar con juicio justo. Nadie tiene todas las respuestas, como tampoco nadie se hace todas las preguntas, pero puede que en el cristianismo encuentres las respuestas a algunas de las preguntas, sólo háznoslas.

Quinta, ¡cuán necesario es alcanzar la verdad de las cosas! Y para ello es igualmente necesario seguir el argumento a donde éste nos lleve, con sinceridad y sin miedo y cuando ésta se alcanza, vestirnos y calzarnos con ella.

Sexta y última consideración. Debemos defender nuestras razones con toda nuestra fuerza pero sin ofensa ni agravios, exponer nuestras ideas a todo el que quiera oír o conocer. Por eso, estas páginas.

Creemos firmemente que todas las necesidades del ser humano son importantes y debemos esforzarnos en satisfacer las que son justas y dignas. ¿Por qué no empezar por las más importantes? Las espirituales.

No te quedes aquí e investiga más. Dios existe y no está callado.

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