flor15454ROMANOS 12.1-2

Introducción

Leamos Romanos 12:1-2:”Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional. No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.

El apóstol Pablo empieza este capítulo con un ruego, no es meramente un mandato, sino una petición, una exhortación. Os ruego, en base a lo que se ha dicho en los 11 capítulos anteriores. Ahora os llamo a vivir una vida que está construida sobre algo. Tiene raíces, está construida en los capítulos 1 al 11. El resumen de los capítulos 1 al 11 es “las misericordias de Dios”. Dios ha sido misericordioso con nosotros a través de la muerte y resurrección de Cristo. Por causa de Jesucristo, aquellos que creen en Él, son justificados por Él, reconciliados con Dios, y tienen esperanza eterna, no hay condenación para los que están en Cristo Jesús.

Por lo tanto, este nexo “así que”, entre los capítulos del 1 al 11 y del 12 al 15, marcan una diferencia. Como consecuencia, después de haber visto en los capítulos anteriores todo lo que Dios ha hecho con y por nosotros, ahora nos describe cómo tiene que ser la vida cristiana. Anteriormente hemos visto la doctrina, ahora veremos la práctica de esa doctrina, la consecuencia de todo lo que Dios en su misericordia nos ha dado. Esa es la razón, por las misericordias de Dios, por eso tenemos que vivir la vida de esta manera, porque Cristo ha hecho todo por nosotros.

Por lo tanto, hermanos, Pablo se dirige a los creyentes, los llama hermanos, no importa si son judíos o griegos, todo aquel que se arrepiente y cree en la obra de Cristo en la cruz para perdón de sus pecados, entonces, será salvo, sea de la raza que sea. ¿Eres tú salva en esta tarde? ¿Has creído en aquel que murió para salvar a los pecadores? Porque si todavía no eres salva, este mensaje no es para ti. Tienes que haber hecho tuyo el mensaje de los primeros 11 capítulos de Romanos. Pero estás a tiempo, ahora mismo puedes orar en silencio y pedirle a Dios que te perdone y que te haga una nueva criatura en base a los méritos de Cristo.

Y si eres creyente, estos dos versículos son para ti, para que vivas la vida cristiana basada en este fundamento.

Cuerpos consagrados

En estos cuatro capítulos del 12 al 15, Pablo describe una nueva vida en Cristo, pero antes, describe una vida de adoración a Dios: “… que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional”.

Antes de darnos a los demás y de mostrar nuestra misericordia a los demás, debemos darnos a Dios en adoración. Presentad vuestros cuerpos como un sacrificio a Dios, este lenguaje de sacrificio es un lenguaje del Antiguo Testamento. El adorador por causa de su pecado traía un cordero o palomo y lo sacrificaba en el altar como una ofrenda a Dios.

Pero los creyentes del Antiguo Testamento, sabían que la sangre de los animales no quitaban el pecado (Hebreos 10:4), señalaban al sacrificio final, Cristo como nuestro cordero, que fue sacrificado por nosotros.

Por lo tanto Pablo, no está diciendo que tenemos que morir por nuestro pecado, ni encerrarnos en un convento, como si no tuviéramos vida, entonces ¿qué significa?

Lo que significa es que tu cuerpo y todos tus miembros, todo tu ser pertenece a Dios. Todo lo que haces con tu cuerpo importa. No depende de cómo es nuestro cuerpo externamente, sino de nuestro comportamiento, lo que hacemos con él, de la manera que se comporta. Dios demanda nuestro cuerpo, porque quiere una evidencia visible y corporal de que nuestras vidas están consagradas a Él.

Mirar, hay mucha gente que dice que cree en Dios, pero su vida no ha cambiado. Siguen con los mismos pecados, siguen con los mismos vicios, con las costumbres de este mundo y de la falsa religión, no cortan con el pecado, pecan con sus miembros, lo que ven, lo que oyen, lo que hablan, sus relaciones inmorales. Qué contradicción, Cristo es el Señor, pero no me someto a su voluntad. Cristo es mi vida, pero no tengo tiempo para él, entonces ¿cómo pueden decir que conocen a Dios si no hay un cambio de vida? ¿Cómo es tu vida? ¿Has cambiado, eres una nueva criatura?

Pablo quiere que ofrezcamos nuestros cuerpos como sacrificios a Dios. ¿Pero qué tipo de sacrificio es este?:

- Vivo: es un sacrificio vivo y no muerto como el de los animales en el Antiguo Testamento. Lo que Pablo tiene en mente es un estilo de vida. Tu propia vida en cada situación tiene que ser un acto de adoración a Dios y una demostración de que le perteneces.

- Santo: una buena explicación de lo que significa este término con respecto al cuerpo santo está en Romanos 6:13. Lo que significa e implica es que tenemos que dar nuestros miembros: tus ojos, tu lengua, tus manos, tus pies, dar tu cuerpo para hacer justicia y no pecado. Un cuerpo es santo no por la apariencia, sino por lo que hace.

- Agradable a Dios: que vivamos de tal manera que todo lo que hagamos suba como un olor grato ante la presencia de Dios. Que Dios mire nuestra vida y la acepte y se agrade con ella.

Pablo continúa diciendo “…que es vuestro culto racional”. O sea, que el presentar nuestro cuerpo en sacrificio a Dios es, nuestro culto racional. ¿Qué quiere decir esto? Pablo está pensando en la acción de adorar, es consagrar todo nuestro ser, corazón, mente, voluntad y hechos a Dios.

La palabra “culto” puede traducirse como adoración, y algunas versiones así lo traducen. Y el término “racional” también se puede traducir como lógico o razonable. Aquellos que han sido receptores de la gracia y salvación de Dios, deben ofrecer su cuerpo como sacrificio a Dios, que es una adoración lógica y razonable, o sea con inteligencia.

Este término también tiene otro sentido, como podemos ver en 1ª Pedro 2:2, significa espiritual. Por lo tanto, podemos traducirlo así: “... que es vuestra adoración espiritual”.

Para resumir, el apóstol lo que está diciendo es que después de ver y experimentar la misericordia de Dios, como respuesta voluntaria y de gratitud, ofrecemos una vida de dedicación total, y esa debe ser nuestra adoración espiritual a Dios.

¿Has ofrecido así tu cuerpo y ser entero? ¿Es tu vida una consagración total a Dios, que tanto ha hecho por ti?

Mentes transformadas

El versículo uno se relaciona con la presentación del cuerpo a Dios, el segundo se relaciona con nuestra transformación de conformidad con su voluntad.

En este versículo Pablo nos muestra lo que debemos evitar y lo que debemos de hacer.

“No os conforméis a este siglo”, lo que quiere decir es que no debemos ser hechos del mismo molde que el mundo. Tenemos que estar en el mundo, pero no ser del mundo (Juan 17:15-16). Esto es lo que debemos evitar. Cuando el pueblo de Israel llegó a la tierra prometida, Dios les dijo que no tenían que imitar las costumbres de Canaán, sino obedecer sus preceptos. No debemos ser llevados por la corriente de este mundo, porque el príncipe de este mundo es el diablo (Efesios 2:1-3).

Las filosofías, los pensamientos, las políticas, las modas etc. de este tiempo que vivimos, van todas en contra de Dios, y cambian cuando les interesan. Por eso, no debemos seguir esta corriente de pensamiento y de vida contraria a Dios, que se manifiesta con lo que vemos en televisión o Internet, las costumbres mundanas, lo que leemos, las conversaciones insanas etc. Al final todo es un engaño y es vano (1ª Juan 2:17). Entonces ¿qué?

Ahora viene la segunda parte, lo que sí debemos de hacer, transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento. Fijaros en el contraste: “no moldeados … sino transformados”. Pablo no está diciendo que sustituyan una forma exterior por otra, sino una exterior por otra interior, es una transformación desde dentro, un cambio interior, la renovación de la mente, pero no solo del pensamiento sino del interior del corazón.

Tenemos que renovar la mente con la Palabra de Dios, tenemos que leer y estudiar la Palabra. Las personas más espirituales que conozco tienen dos cosas en común: saturan sus vidas con la Palabra de Dios y son personas de oración.

Por lo tanto, tenemos que eliminar toda la basura de nuestra vida que nos hace daño. Quizás eso sea muy difícil para ti, puede que tengas problemas por hacerlo, pero si quieres renovar tu entendimiento tienes que quitar todo lo que no se conforma a la Palabra de Dios.

Por el lado positivo, tenemos que transformarnos. Quiero que nos fijemos en el tiempo del verbo:

- Está en tiempo presente y continuo. Quiere decir que esa transformación no es un acontecimiento concreto que ocurre una vez en la vida, sino que de manera continua debe haber esa transformación.

- El verbo está en voz pasiva, no dice “Transformaos”, sino “Dejaos transformar”. No depende de nosotros sino que es una obra del Espíritu Santo, es el proceso de santificación.

- El verbo tiene también el modo imperativo, el verdadero cristiano no está totalmente pasivo. Debe permitir que el Espíritu Santo haga su obra en nuestros corazones y mentes.

¿Estás siendo transformada? ¿Estás dejando que el Espíritu haga su obra en ti y renovando tu entendimiento con la Palabra de Dios?

El resultado

El resultado glorioso de esa continua transformación es “para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”. Para poder discernir y apreciar la voluntad de Dios. Cuanto más leamos y aprendamos de la Palabra de Dios y el Espíritu la aplique en nuestra mente y corazón, entonces podremos saber cuál es la voluntad de Dios, que siempre es buena, agradable y perfecta.

Dios quiere lo mejor para nosotros y nos mostrará a través de su palabra revelada qué es lo que Él quiere de nosotros y cómo quiere que vivamos.

Después de los versículos 1 y 2, hasta el capítulo 15, Pablo nos dará instrucciones de cómo deberían ser nuestras relaciones los unos con los otros, con Dios, con uno mismo, con los enemigos, con los gobernantes, con la ley, con los más débiles etc.

Por lo tanto, si quieres vivir una vida que agrade a Dios, empieza con reconocer sus misericordias en tu vida, su salvación, su perdón, y entonces podrás presentar tu cuerpo como sacrificio a Dios, a la vez que no te conformas a este mundo, sino que transformas tu mente continuamente por medio de la Palabra de Dios y del Espíritu Santo, para discernir la buena y perfecta voluntad de Dios.

¡Que así sea!

0
0
0
s2sdefault
Back to Top
Las cookies facilitan la prestación de nuestros servicios. Al utilizar nuestros servicios, usted acepta que utilizamos cookies.
Política de privacidad De acuerdo Rechazar