(Ester 1:1-22)
Introducción:
Algunos personajes bíblicos son como los cometas que se acercan a la Tierra, son visibles por un breve tiempo, y luego desaparecen para no volver jamás. ¿De dónde vienen, adónde van? Nadie lo sabe. Así ocurre con nuestro personaje de hoy, la reina Vasti. No sabemos mucho de ella, pero el único acontecimiento que tenemos de ella, nos revela una persona íntegra y valiente. Se nos narra su historia en el libro de Ester.
El libro de Ester es una historia verídica, real. Ha habido gente que han querido quitar este libro de la Biblia porque curiosamente no se menciona el nombre de Dios en ninguna parte, ni se habla de la salvación propiamente dicha, ni del cielo ni del infierno etc. Pero eso no quita que en el libro se vea la mano invisible de Dios controlando las circunstancias de la historia y, protegiendo a su pueblo del exterminio total.
Después de que los israelitas fueron llevados en cautiverio a Babilonia, ésta fue conquistada por Persia y muchos judíos fueron dispersados por el mundo. Ester era una de las israelitas llevadas en cautiverio a Persia. Sin embargo el libro de Ester no empieza con ella, sino con la historia de Vasti.
Las fiestas v.1-9:
El rey Asuero (Jerjes) era rey de Persia y su mujer, la reina, era Vasti. Este Asuero era hijo de Darío y nieto de Ciro, el persa, los dos se mencionan en la Biblia.
Asuero era el monarca más poderoso de su tiempo, reinaba sobre 137 provincias. Persia fue un poder mundial hasta el año 330 a.c., fecha en la que fue conquistada por Alejandro Magno.
En este ambiente de riqueza y esplendor, Asuero hizo un banquete para los príncipes y nobles de sus provincias. ¡La fiesta duró seis meses! durante la cual mostró las riquezas de su reino, toda la gloria y poder de su reinado.
Para finalizar este espléndido banquete, hizo otro por siete días en el patio del huerto del palacio real. Esta vez era para todos los habitantes de la capital del imperio, la ciudad de Susa. Había comida y bebida para todos y sin límites. ¡Qué derroche!
También la reina Vasti por su cuenta hizo otro banquete para las mujeres. No era de etiqueta que estuvieran juntos los hombres con las mujeres, por eso Vasti estaba en el palacio pero en los aposentos para las mujeres. Ni siquiera podía estar con su marido el rey hasta que él no la llamara.
Así que, se celebraron tres fiestas en el palacio del rey, mostrando su esplendor, gloria y riquezas. Hasta los vasos y las copas eran de oro y de plata.
Hoy día podemos aplicar esto a cómo gastamos nuestros bienes y posesiones. Qué actitud tenemos cuando mostramos nuestras posesiones y hablamos de ellas. Debemos tener una actitud humilde y de agradecimiento a Dios, porque todo lo que tenemos viene de Él.
La petición del rey v.10-12:
El último día de la fiesta como guinda al pastel, mandó a sus eunucos (hombres castrados, con la obligación de cuidar al harén de mujeres del rey) que le trajeran a la reina Vasti con la corona, para mostrar la gran belleza de su mujer. Fue una petición necia y como consecuencia de mucho vino. Tenemos que tener cuidado con la bebida, ha destruido muchas vidas y hogares (Pr. 20:1; Efe. 5:18; Gá. 5:21).
Si el rey no hubiera estado bebido seguro que no le hubiera pedido eso a la reina. Era cosa muy vergonzosa para una mujer aparecer sin velo ante cualquier otro hombre que no fuese su marido. Era una humillación para Vasti y ella se sentía como que la estaba exhibiendo como otra de sus posesiones.
La negativa de Vasti:
Hasta donde sabemos, Vasti no adoraba a Dios y por lo tanto era unareina pagana. Sin embargo su firma convicción y su modestia pueden avergonzar a muchos cristianos hoy día. Vasti tomó una rápida decisión. Defendió su honor como mujer y como reina. Rebajarse para exhibirse como una vulgar mujer, no era digno de ella. Pese a las consecuencias, prefirió arriesgarlo todo antes de torcer su concepto de rectitud y pureza. Por lo tanto se negó a obedecer al rey.
¡Qué lección aprendemos aquí! Hay veces como creyentes que aunque perdamos cosas materiales o posición, tenemos que ser fieles a nuestros principios cristianos, aunque el coste a veces sea muy caro, algunos incluso lo han pagado con su propia vida. Tenemos que ser fieles hasta la muerte. Tenemos que aprender a decir que “no” a muchas cosas, tener las ideas y convicciones firmes. Tenemos ejemplos como José, Moisés etc.
Las consecuencias de su negativa v.13-22:
Buscando consejo de los sabios, el rey decide destituir a Vasti de la corona y los sabios le aconsejan hacer un decreto, una ley, que se de a conocer por todo el reino para que no haya una revolución femenina con respecto a sus esposos. El rey lo acepta y lo da a conocer al pueblo. De un solo golpe a Vasti se la despojó de sus honores como reina, echada del palacio y relegada a una celda en el harén real. Su negativa le costó todo, pero pudo conservar su honor y virtud.
Alguien podía decir que ¿no es cierto que la Biblia enseñe que las mujeres tienen que someterse a sus esposos? ¿No es esto una contradicción? La obediencia está limitada siempre por la Palabra de Dios (Hch. 4:19).
Debemos tener suficiente valor para ir contra corriente y saber decir “no”. Ojalá haya muchas Vastis modernas que se negó a tal petición y que estemos dispuestas a pagar cualquier precio por mantener la verdad y las virtudes cristianas. Vasti, aun siendo pagana, es un buen ejemplo para nosotras.