Y por haber las parteras temido a Dios, él prosperó sus familias.
La historia de las parteras me resulta algo desconcertante y a la vez alentadora. La Escritura da poca información sobre su fe. Por sus nombres parecen egipcias (v.15) y sería de esperar que no conocían ni temieran a Jehová, aunque sí quizá a un “dios” más allá de los dioses egipcios, hasta el punto de desobedecer al rey y no matar a los niños varones hebreos.
Llevado por mi imaginación o especulación, podría pensar que ellas pertenecían a ese grupo que llegó al convencimiento del monoteísmo, aunque sin dejar la religión egipcia con sus ritos.
Si, es verdad que mostraron misericordia por los niños hebreos y esto por temor a Dios.
No dice la narración que llegaran a ser creyentes, pero sí que Dios se fijó en ellas y las bendijo en sus familias.
Dos cosas tomo para mí hoy, Señor. Que yo siendo creyente y temeroso de ti tengo más base para no temer a reyes. Y que tú, que eres Dios misericordioso, no eres ajeno al poco bien que puede hacerse y que parte de la prosperidad puede venir por tu respuesta a ellos.