Porque no faltarán menesterosos en medio de la tierra; por eso yo te mando, diciendo: Abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso en tu tierra.
Gracias Padre por recordarme esta dura y cruda verdad, hoy que veo como tu mano ha sido y aun es generosa conmigo. También tu Hijo Jesús nos lo dijo (Mt. 26:11) (Mr.14:17) (Jn. 12:8). Siempre habrá pobres delante de mí.
Me hace pensar que, aunque tú eres el bondadoso dador, permites pobreza y necesidad también entre los tuyos, que ninguno está libre de la posible escasez.
También que en tu gracia me permites que yo tenga y que pueda dar y prestar sin usura, porque mejor es dar que recibir (Hch. 20:35)
Qué bondad la tuya para conmigo que me permites ser instrumento en tus manos para poder aliviar las necesidades de otros según tu voluntad.
Te pido Señor que si quieres darme mucho sea para que pueda dar mucho, nunca para guardar o enriquecerme, que tanto daño haría a mi alma.
Hazme ser administrador de lo tuyo y cada vez menos dueño de algo. No permitas que mi corazón se endurezca (v.7) y mucho menos sea perverso (v.9) ante la necesidad de otros. Que sea, Señor, menos apegado a cosas y más dependiente de ti.