Cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí.
¿Es arrogancia de mi parte Señor, pedirte yo también doble porción de tu Espíritu? Me conozco bien y sé que es fácil confundir en mí el celo por tu causa y la ambición vanidosa de mi corazón. Quiero pensar que en esta hora mi preocupación es la tarea que me has designado, pues es mucha y yo soy débil, flaco de fe.
¿Qué movió a Eliseo pedir a Elías doble porción de su espíritu? ¿Por qué dijo Elías que era cosa difícil, pero lo tendría si le veía marchar? (v10) y le vio (v12) y lo recibió (v15). ¿Qué tengo que ver o hacer yo para tenerla?
Señor, mira que no te pido que me quites trabajo, ni que me lo hagas más fácil. ¡Qué sería de mi si no te sirviera donde te sirvo! ¡Qué trabajo mejor que el ser herramienta en tus manos para tu obra! Lo que quiero es que me ayudes, que no me dejes solo con esta mente con más preguntas que respuestas, o este corazón tan sensible a lo bueno como a lo malo, o este espíritu mío tan torpe. Necesito más de tu Espíritu para así ser yo menos, tener más de ti para tener menos de mí. Con más de tu Espíritu me cansaré mental, emocional y espiritualmente menos, llevaré la tarea con gracia, ánimo, excelencia, podré contagiar y edificar más a otros. Con más de tu Espíritu verán menos de mí y más de ti.