Entonces respondió Secanías hijo de Jehiel, de los hijos de Elam, y dijo a Esdras: Nosotros hemos pecado contra nuestro Dios, …

Levántate, porque ésta es tu obligación, y nosotros estaremos contigo; esfuérzate, y pon mano a la obra.

Esdras se siente derrotado, angustiado en extremo (9.3), confuso y avergonzado (v6).

Sabía acerca del pecado en Judá (el pecado traído por mujeres paganas al unirse a ellas en contra de tu palabra (Ex.34:11ss) (Deut.7:1-5). Estaba delante de ti en oración, buscando tu perdón y ayuda e incluso sabría lo que se debía hacer, pero le faltaban las fuerzas.

Es en ese momento que viene Secanías y se dirige a él de forma directa y dura. Reconoce el pecado, pero también que teniendo a un Dios como tú, aún había esperanza, que era necesario hacer pacto contigo, quitar el pecado y someterse a tu palabra. Así que le recuerda su obligación y le fuerza a levantarse, asegurándole que estarán con él.

Te doy gracias Señor por todos los Secanías que has puesto en mi vida, por todos aquellos que me recuerdan cual es mi obligación, que me exhortan e incluso me obligan a ponerme manos a la obra. Te doy gracias porque me das compañeros que no me dejan derrotado, que no permiten que me hunda en el desánimo y me acompañan en la tarea.

Gracias te doy por ese Secanías que me acompaña cada día, que es mi esposa y por aquellos que aparecen en ciertos momentos claves.
Te pido a la vez que me ayudes a ser un Secanías para otros.