Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú.
“Abba Padre, todas las cosas son posibles para ti”. Esto es así porque lo dijo tu propio Hijo, porque lo dice tu palabra y lo demuestra en todas partes, porque es así ya que eres el Dios Único. Por tanto si todo lo puedes entonces no hay diferencia entre lo que puedes y lo que quieres. Todo lo que quieres es, o será, y todo lo que es, lo es porque tú lo quieres.
Tu Hijo te pidió apartar la copa y no quisiste aunque podías haberlo hecho. No buscaste otra opción, no la retrasaste, simplemente querías que así fuera y así fue.
Oh, Padre, solo pensar que la muerte de Cristo fuese buscada y deseada me abruma, me admira. Sí, la muerte de tu Hijo fue en nuestro lugar, por causa y pago de mis pecados, no fue porque quizá no hubo otro remedio, porque tú puedes todo, sino porque no quisiste que lo hubiera.
Tu poder y voluntad asustan al mundo, pero a mí, ahora me hacen reposar y sé que en su momento me harán avanzar. Puedo pedirte cualquier cosa pues tú lo puedes todo y sé que aunque yo me equivoque en lo que pido solo será lo que tú quieres y si mi corazón me engaña en lo que quiero, tu corriges y si veo algo que no domino, puedo venir a ti que sí puedes “… mas no sea lo que yo quiero, sino lo que tú”.