Anunciaré tu nombre a mis hermanos; En medio de la congregación te alabaré.

Según entiendo, Padre, este salmo de David es mesiánico, es decir inspirado por tu Espíritu para mostrarnos algo de Cristo y llevarnos a Él. Puedo ver como sus profecías se cumplen en Él (v.7)-(Mt.27:39), (v.8)-(Mt.27:43), (v.16)-(Mt.27:35). Incluso tu Hijo mismo lo citó en su agonía en la cruz (v.1)-(Mt.27:46).

Es entonces Jesús, tu Hijo, el que aquí anuncia a sus hermanos tu nombre (Jn.20:27) (Hb.2:12)

Esto me anima y trae gozo a mi corazón en este día.

Primero me reconoce como hermano (Mt 12:49ss) yo que soy criatura y pecadora, soy considerado de forma diferente aun sin merecerlo. Se acerca a mí y me habla.

Por medio de su obra y su persona me habla de ti, me descubre tu nombre, tu gloria, tu plan, tu amor hacia mí. Cuanto más lo siento a él, más te siento a ti, Padre.
Él, en medio de nosotros, con nosotros, te alaba. Reunidos en su nombre, tu Hijo está en medio (Mt.18:20) ensalzando tu nombre ¡Qué gran privilegio!

Ya estoy deseando que llegue el domingo para reunirme con todos mis hermanos en la fe y así sentir la presencia de Cristo mismo, o el Espíritu de Cristo, acompañándonos en la alabanza a tu nombre, en la comunión y en la proclamación.