Júzgame, oh Jehová, porque yo en mi integridad he andado; He confiado asimismo en Jehová sin titubear. Escudríñame, oh Jehová, y pruébame; Examina mis íntimos pensamientos y mi corazón. Porque tu misericordia está delante de mis ojos, Y ando en tu verdad.
Padre, pronuncio estas palabras de David con gran temor, te hago estas mismas peticiones pero con dudas. Sí, quiero que me juzgues, me escudriñes y pruebes, porque confío en tu juicio y en tu misericordia. Pero sé también que al examinar mis íntimos pensamientos y mi corazón, encontrarás cosas que no te agradan.
Yo no puedo decir que he andado en integridad y que he confiado en ti sin titubear. Mi rectitud tiene muchos desvíos y mi fe es muy débil.
Lo que sí está delante de mí ahora y siempre, es tu misericordia, a ella es a la que miro y por ella es que puedo pedirte yo también estas mismas cosas, porque sé que aunque encuentres en mí pensamientos indignos y deseos inapropiados, será tu misericordia la que me sostendrá. Lo que comenzaste por mí en Cristo, no lo dejarás a medias (Fil.1:6).
Padre, ya que analizas mis pasos, mi integridad ante ti y los demás, mi fe, pensamientos y corazón, muéstrame los resultados. Recuérdame lo que soy, para que no olvide que dependo enteramente de tu gracia. Pero también descúbreme en este día las debilidades y los pecados de los que no sea consciente y ayúdame a corregirlos.