Mejor es lo poco del justo, Que las riquezas de muchos pecadores. Porque los brazos de los impíos serán quebrados; Mas el que sostiene a los justos es Jehová
Quiero, Señor, que esto sea así en mi vida, que mi satisfacción esté en los tuyos, aunque me parezca poco, que en las riquezas de los pecadores. Hay mucho brillo en sus joyas y halagos en sus palabras, pero son joyas vanas y palabras falsas. Además no son duraderas, a su tiempo serán quebradas y así también los que confían y se guían por ellas.
En cambio sé que aunque los tuyos sean pobres y escasas sus fuerzas, tú suplirás todo lo que falte y sostendrás a los débiles.
El mundo a mi alrededor hace mucho ruido y promete muchas cosas. No dejes que yo sea engañado. No permitas que su escenario de cartón piedra me fascine, para luego descubrir que detrás de ellos no hay nada y que todo fue falso y el daño sea inevitable.
Prefiero reconocer con los tuyos que yo soy débil, pero que lo que me sostiene y me hace avanzar es tu brazo, y que aun cuando caiga no quedaré postrado, porque tú me volverás a levantar (v.23).
Y digo lo mismo a mi alma que tu siervo. Bendita tú cuando confías y te deleitas en Dios (v.3-4).