El principio de la sabiduría es el temor de Yahveh; Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza.
Gracias Padre que me permites comenzar esta parte de tu palabra con esta verdad tan esencial en todas las áreas de mi vida.
Leo otra versión (B.V.A.) y me dices que «El propósito de los proverbios es enseñar sabiduría y disciplina y ayudar a las personas a comprender la inteligencia de los sabios. Su propósito es enseñarles a vivir una vida disciplinada y exitosa, y ayudarles a hacer lo que es correcto, justo e imparcial. Estos proverbios darán inteligencia al ingenuo, conocimiento y discernimiento al joven» (v.2-4).
Yo necesito esto y lo necesito con urgencia, por lo que quiero leer con calma, meditación y propósito de aplicación de cada una de sus líneas.
Pero claro, me doy cuenta al llegar a este versículo que la sabiduría que busco y necesito no comienza en leer y aplicar el texto, sino en ti. El inicio, la rampa de lanzamiento es el temor a ti, es mi relación sincera y rendida contigo. No es con la palabra, sino con el Señor de la palabra.
Claro que también sé que para temerte, relacionarme contigo y amarte necesito conocer, aplicar tu palabra.
Señor, ayúdame a conocer más de tu palabra, para tener más de ti.