El justo cuida de la vida de su bestia;  mas el corazón de los impíos es cruel.

Justo hace unos días leí un libro sobre el uso y maltrato animal y su lectura aún está en mi memoria, y la preocupación y tristeza también.

¿Cómo es posible que podamos ser tan crueles con ellos?, me preguntaba. Pero luego me di cuenta que cerrar los ojos, no querer ver lo que otros hacen no me quita culpa.

Hay animales que se pasan toda su vida en una jaula sin moverse, los deforman con drogas y los torturan sin piedad para que sean alimento económico para mí. No puedo quedarme indiferente, tengo que hacer algo.

Es señal de los tiempos difíciles y pecaminosos que vivimos. Hemos dormido las conciencias y esto en lugar de bien, ha traído más mal a nuestras vidas, se puede hacer cualquier cosa, por malvada que sea y no sentir ningún remordimiento. Se muestra la injusticia del corazón en crueldad sobre el más débil, sea humano o animal.

No permitas que sea así en mi vida, si soy tuyo, si soy hijo gracias a tu Hijo, debo mostrarlo en todo, especialmente con el débil y el animal del que me beneficio lo es.