Hay generación limpia en su propia opinión, Si bien no se ha limpiado de su inmundicia.
Aunque son varios miles de años desde que diste estas palabras a tu siervo Agur (v.1), sobre su generación, son totalmente actuales para la mía hoy. De los cuatro versículos (v.11-14) quiero quedarme con este esta mañana ¿o eres tú el que me iluminas con él por medio de tu Espíritu?
Vivo en la época de la información, de una generación que tiene todos los medios para estar conectada, para que todos podamos dar nuestra opinión sobretodo y criticar o dar a botón de “me gusta”, sin tener que dar la cara o afrontar las consecuencias de esas opiniones hechas públicas.
Nuestro derecho de opinión hace que todo sea relativo, «esa es tu opinión, esa es tu verdad, no la mía», «tú y yo podemos estar en lo cierto aunque nuestras ideas sean totalmente opuestas».
No se puede criticar las motivaciones del otro, como si todos los corazones fueran limpios del pecado, de envidia, orgullo o mala intención hacia el otro.
Señor quiero pensar y pedirte por mí mismo en primer lugar. No dejes que piense que todas mis opiniones e idas son acertadas, pues esto obnubila mi mente. Ayúdame a someter todo mi pensamiento a tu palabra, pues solo ella no tiene error, ni me lleva a errar.
Ayúdame también, más que llevar opiniones a otros, llevarles tu palabra, la Palabra, tu Hijo, para que sean limpios.