LUCAS 12 1En esto, juntándose por millares la multitud, tanto que unos a otros se atropellaban, comenzó a decir a sus discípulos, primeramente: Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía.

Gracias Padre por esta advertencia, que como toda otra palabra tuya la tomo como un mandato.

Entiendo que puedo interpretar al fariseo, como un religioso que aun teniendo la verdad de la Escritura la interpreta y aplica de tal forma que puede llegar a quedarse con una forma externa que no llega a su corazón y que exige a otros lo que él no es capaz (11:42).

Tengo entonces que fijarme en aquellos que dicen ser creyentes en base a sus costumbres y palabras, de los cristianos nominales que se satisfacen con asistir a alguna reunión y a tener oraciones más parecidas a rezos; pero tengo que fijarme en ellos para no imitarlos y sí exhortarles.

Tengo que vigilar su influencia, su contagio. Al igual que la levadura es invisible pero llega a afectar toda la masa. Esta piedad aparente (2 Tim.3:5), es seductora por lo superficial y acomodaticia para el alma que no quiere compromisos y esfuerzos.

Pero sobre todo tengo que guardarme de que yo no sea o llegue a ser un fariseo, de que mi espiritualidad no sea solo aparente, acomodaticia y superficial. ¿Oro de corazón, leo tu palabra con temor, te adoro con gozo sincero, amo a mis hermanos de verdad, escribo estas palabras con convicción?

Padre ayuda, aumenta mi fe.

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