Y le dijo Yahveh: Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y ponles una señal en la frente a los hombres que gimen y que claman a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella.
Toda esta visión que tuvo tu siervo me resulta muy ilustrativa en esta mañana, Señor, para mi propio contexto.
Envías verdugos para castigar la maldad de la ciudad (v.1), pero entre ellos hay un varón que en lugar de instrumentos para destruir trae un tintero con el cual pone una señal en la frente de algunos de sus ciudadanos para que no fueran destruidos los demás.
Llama mi atención por un lado que tu gloria estaba sobre el varón que tenía el tintero (v.3), como si quisieras decirme que tu grandeza y belleza se ve más en tu misericordia que en tu ira, que aun cuando tú eres igual en el castigo justo que en la salvación inmerecida, quieres mostrar que quieres ejercer gracia y perdón.
La señal que pone ese varón es sobre los que gimen y claman a causa de las abominaciones que se hacen en medio de ella. No sé si ellos eran justos o no delante de ti, pero al menos les duele la situación en que viven.
Señor, yo también quiero clamar ante ti en esta hora por ellos y por mí. Tu gloria se ve en como tú provees salvación en tu Hijo (Jn.3:16).
Quiero llevar tu señal y quiero compartirla con otros.