Conforme está escrito en la ley de Moisés todo este mal vino sobre nosotros, y no hemos implorado el favor de Yahveh nuestro Dios, para convertirnos de nuestras maldades y entender tu verdad.
Cuán ciegos podemos llegar a ser, incluso tu propio pueblo. Tenemos tu palabra que no se equivoca y no la aplicamos. Tenemos la historia con multitud de ejemplos de las consecuencias del pecado y no aprendemos. Nos llega el mal anunciado y no imploramos por tu favor y misericordia, aun sabiendo que eres Dios de misericordia y perdón (v.9).
Quiero pedirte, Dios mío, empezando por mí, que ayudes a tu pueblo, a tu iglesia, a tomar en serio tu palabra y tus advertencias. Te pido que nos ayudes a aprender de los errores pasados y a tener voluntad para corregirlos. Te pido que nos muevas a implorarte tu favor, que nos traigas al arrepentimiento de nuestros pecados, rebeldía y dejadez espiritual. ¿No es esto orar por un avivamiento de tu iglesia? ¿No es esto pedirte por volver a nuestro primer amor?
Estamos aún a tiempo de ser corregidos y restaurados, no dejes que caigamos definitivamente.
Parece por estas palabras tuyas que si te rogamos, que si hay oración y si dejamos el pecado a un lado entenderemos mejor tu palabra. ¿Será esa la razón por la que veo en tantos lugares y ocasiones que tu palabra es retorcida y contradicha?
¡Oh Señor, aproxímanos más a ti!