NAHUM 1 7Yahveh es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían.

¡Qué alivio me produce encontrarme en esta hora con este versículo! Sobre todo cuando empiezas este libro poniendo en labios de tu siervo Nahum que eres Dios celoso, vengador, lleno de indignación, que guardas tu enojo, no lo olvidas, contra tus enemigos (v.2). Tiemblo al pensar que yo en un tiempo pasado pude ser considerado tu enemigo y estar bajo esa ira justa tuya. ¿Por qué no quiere ver la gente que tú, Dios mío, no puedes dejar sin castigo al culpable?

Pero yo en ti confío. Sí, sé que me estás diciendo, ¿o es mi conciencia?, que esa fe mía es pobre y deficiente (Mt.17:20), pero también sé que es suficiente y que puedo pedir por más (Luc.17:5).

Y porque sé que tengo esa confianza infantil, pero fundamentada en ti, es que puedo esperar de ti bondad, fortaleza y comunión. Que eres y serás conmigo bueno, que me das más de lo que necesito y que me abrazas y me arropas cuando los problemas y los sueños me perturban.

Sé, lo he experimentado, que en los momentos de angustia puedo contar con tu fuerte brazo, que no hay muro o abismo que se me resista cuando tú estás conmigo.

El saber que tú me conoces, que me llamas por nombre, me asegura que no me perderé en mi camino hacia ti, por torcido y oscuro que sea.

0
0
0
s2sdefault
Back to Top
Las cookies facilitan la prestación de nuestros servicios. Al utilizar nuestros servicios, usted acepta que utilizamos cookies.
Política de privacidad De acuerdo Rechazar