Yo seré para ella, dice Yahveh, muro de fuego en derredor, y para gloria estaré en medio de ella. Porque así ha dicho Yahveh de los ejércitos: Tras la gloria me enviará él a las naciones que os despojaron, porque el que os toca, toca la niña de su ojo.
Intento comprender muchas de las cosas que haces, Señor, y de porqué las haces. Me resultan difíciles algunas cosas que leo en tu palabra, porque mi mente está limitada y entenebrecida por las cosas de aquí y otras porque así tú lo quieres, ya que eres incomprensible e inabarcable (Rom.11:33ss), pero cuando avanzo un poco en tu conocimiento, aumenta mi gozo y paz, así es hoy.
Leo en tu palabra que tu pueblo puede volver a establecerse en la tierra que perdió por su pecado, y que podrá habitar esta vez en medio de sus enemigos sin muros, porque tú serás muro de fuego y porque estarás en medio de ella para gloria, y cuando me pregunto el porqué sería esto, leo que es por ser tu pueblo, por ser como la niña de tu ojo.
¡Cuán delicada y apreciada es esa parte del cuerpo, ni yo mismo me la puedo tocar! Y tú me comparas con ella, ¡no sé qué cosas de valor encuentras en personas como yo!, pero si te soy de tanto valor, sí entiendo entonces que seas para mí como muro de fuego.
Protégeme de mis enemigos y de mí mismo.