GENESIS 47 9Y Jacob respondió a Faraón: Los días de los años de mi peregrinación son ciento treinta años; pocos y malos han sido los días de los años de mi vida, y no han llegado a los días de los años de la vida de mis padres en los días de su peregrinación.

Pocos y malos le parecieron a tu siervo Jacob sus ciento treinta años. Esto le parecía así al compararse a su abuelo Abraham que vivió ciento setenta y cinco (25:7) y a su padre Isaac que murió con ciento ochenta (35:28). Además al oír y responder a la pregunta de Faraón seguramente le vendrían a la memoria las tensiones familiares con sus esposas, concubinas y díscolos hijos.

Jacob resume su vida, como la de una peregrinación, un viaje a un sitio concreto que da sentido a todo lo que ocurre, y fuerza para seguir adelante. Para él sería la promesa que le diste a Abraham (12:1-4) y que le trasmitiste a él (28:13-15).

Quiero ver mi vida también de esta manera. Ciertamente mis años no serán tantos, aun cuando sean más que los de mis antepasados, pero no podré decir que fueron del todo malos porque tú me has librado de mucho dolor y me has protegido en muchas luchas. No sé cómo serán el resto de mis días, pero quiero despertarme en cada uno de ellos recordando que es una peregrinación (Heb.11.13) (1 Ped.2:11), un viaje a otro lugar, que me despega de las cosas de aquí, pero les da sentido, una búsqueda y acercamiento constante a las cosas gloriosas que me has prometido.

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