pensadorEstaba pensando en las películas con final feliz, por ejemplo, las comedias románticas. Me gustan. No puedo evitarlo. Sí, ya se que muchas veces son previsibles y que no son productos con un alto nivel filosófico o existencial; pero acaban bien. Todo lo que necesitas saber es que al final los malos pagarán por sus fechorías, que los problemas e injusticias que se plantean en el transcurso de la película serán resueltos satisfactoriamente y que el protagonista acabará consiguiendo la chica de sus sueños. Vamos, un final parecido a los cuentos que nos leían de pequeños y que tanto nos gustaban: “Y vivieron felices y comieron perdices.”

Me gustan los finales felices porque estoy rodeado de malos

entendidos que no se resuelven, de injusticias que nadie soluciona y cansado de ver como los que hacen el mal prosperan y consiguen todo lo que quieren, sin importarles a quién o a qué dejan destruido por el camino. Sólo hace falta una mirada fugaz a cualquier medio informativo para ver lo mal que está el mundo. Los horrores se suceden uno detrás de otro a una velocidad de vértigo, y cuando crees que lo has visto todo, te enteras de una noticia que te pone los pelos de punta y te das cuenta que la maldad y la codicia humana no tienen límites.

Todas estas cosas no deberían cogernos por sorpresa pues ya el Señor Jesús nos avisó y nos dijo que habría señales que nos mostrarían el final de los tiempos. En los capítulos 24 del evangelio de Juan; en el 13 de San Marcos y en el 21 de San Lucas, encontramos una descripción asombrosamente detallada de cualquier telediario escogido al azar: “guerras y rumores de guerra, alborotos, sediciones, terror, traición, odio, nación contra nación, reino contra reino, hermano contra hermano, hijos contra los padres, pestes, hambres, terremotos, muerte, intolerancia religiosa, persecución, tribulación, cárcel, falsos profetas, falsa doctrina, mentiras, engaño, la maldad multiplicándose y el amor de muchos enfriándose.”

La verdad es que el panorama es cuanto menos desalentador y puedo entender la angustia y la desesperación de muchas personas que miran al horizonte del mañana y caen presas del desánimo; la indiferencia de muchas otras que cansadas de luchar ya no creen que el futuro pueda traer algo mejor y hasta puedo llegar a entender la actitud de aquellos que optan por no querer reconocer la realidad que les rodea, y viven de espaldas a todo aquello que les puede hacer pensar o reflexionar demasiado profundamente.

einsteinDéjame explicarte una anécdota que ocurrió entre Billy Graham y el senador por Washington; Warren Magnuson. Estando en el comedor del senado el señor Magnuson llamó a Billy Graham y le dijo: “Billy, estamos discutiendo sobre optimistas y pesimistas, ¿de que tipo eres tú? A lo que Billy respondió: “Yo soy optimista.” Y el senador volvió a preguntar: “¿Y qué es lo que te hace ser un optimista? Y la respuesta de Billy Graham fue: “Que he leído la última página de la Biblia…”

Por eso yo, que soy un pecador salvado por la sublime gracia de Dios, soy un optimista-romántico-empedernido, porque yo también he leído la última página de la Biblia y se que Dios es el vencedor de la Historia. Por lo tanto, cuando miro el mundo que me rodea, me recuerdo a mí mismo que el Señor está al control y que en SU insondable mente infinita hay un plan perfecto y justo que nada ni nadie podrá alterar, y aunque mi conocimiento (pequeñito y muy limitado) no abarca más que una parte de los decretos divinos, se que puedo descansar en aquel que todo lo ve, todo lo sabe y todo lo puede.

Por cierto, espero encontrarte a la puerta de la sesión de la eternidad, y no te preocupes si no tienes dinero para palomitas, Dios ha preparado un banquete. Tampoco te desanimes si tu ropa es indigna de tal celebración, Dios te pondrá vestiduras reales. Tan sólo preocúpate de tener validado el ticket de la salvación y prepárate para una película que no tendrá final feliz porque nunca acabará, pero que será perfecta en dicha y esplendor cada segundo del rodaje. No sólo eso, sino que tú y yo seremos coprotagonistas estelares, y ¡¿a que no sabes qué?! El actor principal está esperándonos para darnos un fuerte abrazo…

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