Seguro que hay alguien a quien te gustaría conocer porque es tu ídolo, porque admiras mucho o porque has oído hablar de él. ¿Qué pasaría si un día te viera y te dijera que quiere alojarse en tu casa?, ¿qué sentirías?, ¿qué harías? En Lucas 19 tenemos dos personajes importantes que pasan por esta situación y podemos aprender mucho de ellos.
¿QUIÉN FUE ZAQUEO?
- El nombre Zaqueo quiere decir “puro” e “inocente”.
- Vivió en Jericó.
- Era pequeño de estatura, pero ágil.
- Fue jefe de los publicanos (los recaudadores de impuestos). Los publicanos se encargaban de cobrar impuestos en el pueblo. Las ciudades ocupadas por el Imperio Romano tenían un inteligente sistema de administración, dividían sus territorios en regiones impositivas que entregaban a habitantes de la zona y tenían que pagar anualmente.
- Era muy rico porque todo lo que recaudaban por encima de la cantidad prescrita por los romanos era su beneficio, se quedaba la mayor parte de lo recaudado.
- Era considerado un traidor, tenía una mala reputación, le odiaban.
- Conocía a Jesús y deseaba verle.
¿QUÉ PODEMOS APRENDER DE ZAQUEO?
1. Consiguió estar cerca del Jesús venciendo todos los obstáculos. (vv.3-4)
Zaqueo procuraba ver a Jesús, pero tenía una desventaja frente a los demás y es que era pequeño; sin embargo, no se quedó quejándose y no se dio por vencido, buscó una solución porque realmente anhelaba ver a Jesús. Nuestras circunstancias no son excusas, a lo largo de nuestra vida vamos a encontrarnos con “multitudes” que nos impidan ver a Jesús, serán distracciones externas e internas, pero no debemos dejar que nos alejen de Dios, deben vencer esos obstáculos y seguir anhelando estar con Jesús.
Y corriendo adelante... Zaqueo ya no aguantaba más, él necesitaba encontrarse con Jesús, tenía ganas. Él no caminaba y disimulaba su deseo de ver a Jesús, él corrió desesperadamente buscando una opción para encontrarse con Él. Igual nosotros deberíamos ir corriendo y con ganas y gozo a los pies de Jesús.
2. No se avergonzó porque sabía que necesitaba a Jesús.
Zaqueo tenía un cargo importante. Quizás otra persona, por su posición, se habría avergonzado de subirse a un árbol, pero para Zaqueo esto no era motivo de avergonzarse. Él quería ver a Jesús y él haría todo lo que estuviera a su alcance para lograr este encuentro, no le importó hacer el ridículo. No nos debe importar lo que digan de nosotros. No te avergüences de Cristo, solo debes de hacer a un lado tus prejuicios y no depender de ti, sino tal y como estas, dejar que Jesús influya en tu vida. Atrévete a hacer el ridículo frente a tu familia, a tus amigos a tus vecinos y acércate a Jesús.
3. Obedeció a Jesús rápidamente sin poner excusas. (vv. 5-6)
Zaqueo obedeció a Jesús, hizo lo que dijo y bajó enseguida del árbol. No pensó: “no tengo preparada la comida…”, “mejor otro día…”, “tengo la casa sucia…” Zaqueo estaba preparado y sin excusas. Dios ahora nos habla a través de las escrituras y debemos obedecerle. Así que, si Jesús te llama, no pongas excusas, estate listo, obedécele y confía en Él.
4. Siente gozo al estar frente a Jesús.
Zaqueo estaba feliz de tener a Jesús como huésped. A Zaqueo no le importaba ser rico, publicano, importante…su mayor gozo en aquel momento era ver al maestro y lo logró. Nosotros también deberíamos sentir gozo al tener a Jesús en nuestras vidas, deberíamos estar felices al saber que Él nos llama y está con nosotros.
5. Tiene un corazón arrepentido que reconoce su pecado y cambia. (vv. 8-9)
Recordemos que Zaqueo era publicano y al encontrarse con Jesús reconoce su pecado y lo que había estado haciendo mal y, cambia, no se queda sin hacer nada. Nosotros tenemos que reconocer nuestro pecado y si dices que te has convertido, pero sigues igual, con las mismas cosas y hábitos en tu vida, algo va mal. La salvación conlleva un cambio,
¿QUÉ APRENDEMOS DE JESÚS?
1. Tenía un plan (v. 1)
Jericó era una ciudad muy importante situada en una de las principales rutas comerciales. Jesús siempre tiene un propósito en todo lo que hace, nunca hace algo que no tenga una repercusión en algo. Así que, decide no solo pasar por Jericó, sino que decide entrar en la ciudad. Y no solo entró en la ciudad, Él caminó dentro de la ciudad, recorrió calles en busca de algo... Jesús sabía que Zaqueo estaba esperándole. A pesar de la muchedumbre, Jesús llevaba en mente el encuentro con Zaqueo. Zaqueo tuvo el plan de subir al árbol, pero el plan de Dios era mayor. Cuando Jesús llega a tu vida Él no solo quiere llegar a tu vida y ya está; Él busca algo de ti, Él quiere hacer algo contigo, tiene un propósito y un plan.
2. No importa tu pecado, Jesús te llama (v. 5-7)
A Jesús no le importó la condición de pecador de Zaqueo, aun sabiendo que era un ladrón y sinvergüenza quiere quedarse en su casa, y hablar con él (Lc 5:32: pues Cristo no vino al mundo a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento). A Dios le da igual lo que has hecho o lo que no, te está llamando aun sabiendo que eres pecador.
No le importa lo que digan los demás. El pueblo se sorprendió que Jesús pasara tiempo con pecadores y le criticaron por haber ido casa de un gran pecador, pero ¿qué hubiera sido de ese pecador si Jesús no lo hubiese visitado? Esto nos muestra la misericordia de Dios por el hombre.
Cristo ama a Zaqueo, aun cuando el pueblo le odiaba. Todos le miraban mal, murmuraban, le insultaban... Jesús, al contrario, conocía las INTENCIONES DEL CORAZÓN. No importa lo que los demás opinen de ti, Dios te ama; déjate invitar y querer por Él. Cuántas veces ha estado cerca de ti, cuantas veces ha pasado frente a tu puerta y tú no les has dado la oportunidad de entrar. Cristo te ha hablado en tantos lugares y a través de tantos mensajes esperando tu respuesta... Él está hablándote durante toda la vida y tú le sigues ignorando.
3. Te conoce. (v. 5)
Jesús sabía el nombre de Zaqueo, le llamó por su nombre como si de un viejo amigo se tratase. Dios también te conoce, también sabe todo de ti, te conoce incluso que mejor que tú a ti mismo y por lo tanto sabe lo que necesitas.
4. Jesús trae salvación (v.8-10)
Jesús vino para salvar a los perdidos como Zaqueo. Si Jesús vino a buscar y salvar lo perdido, también vino para buscarte A TI.
Piensa por un momento ¿qué es estar perdido? Estar perdido es cuando no sabemos dónde estamos, cuando la vida no tiene razón de ser, cuando no sabemos qué pasará en un fututo, cuando no tenemos objetivos, no tenemos mapa, no sabemos leer las señales… no es que hayas perdido algo, es que tú mismo estas perdido. El hombre está perdido cuando está separado de Dios. Tú estás perdido cuando estas bajo el dominio de otro que no es tu creador, cuando estás siendo esclavo de tu propia carne. Si no estás manos de Dios, estás perdido y caminando hacia la perdición.
El hijo de Dios vino a buscar lo perdido. Es Dios quien busca, tú no buscas, tú estás perdido, sin mapa, lo único que puedes hacer es clamar por ayuda en medio del océano o del bosque. El cristianismo consiste en un Dios que lo deja todo para buscar a los suyos. Dejó la gloria para venir al mundo y buscarte. Y busca hasta encontrar, no va a parar, no se da por vencido, nadie va a impedirlo. Lo da todo para que los perdidos sean encontrados y estén seguros y ya nada pueda separarlos de sus manos pues serán suyos por toda la eternidad. Si el Señor va en busca de lo perdido y tú estás perdido, no luches, no te resistas, déjate encontrar.
CONCLUSIÓN
Cuando Jesús vino al mundo su propósito principal fue encontrarnos y salvarnos. A través de esa salvación su deseo era cambiarnos de una naturaleza pecaminosa a una naturaleza regenerada. Antes estábamos muertos en nuestros delitos y pecados. Cambió nuestra manera de pensar, hablar y actuar.
El sólo hecho de “venir” involucró un sacrificio. Dejó de ser Dios para hacerse hombre. Perdió sus privilegios y atributos. Se despojó de su gloria y de su reino, haciéndose siervo. No vino con lujos ni comodidades, por amor fue menospreciado, escupido, la creación entera se reveló contra él, le condenaron y todo esto lo hizo voluntariamente para salvarte a ti y a mí. Y no porque habíamos hecho “algo” para merecer esa salvación, sino porque así era su plan y así decidió demostrarte lo mucho que te ama.