(Ester 4)
Reacción de Mardoqueo y de todos los judíos.
En los versículos del 1 al 3 vemos la tristeza y dolor tan grande de Mardoqueo y de todos los judíos.
¿Cómo reaccionaron? Mardoqueo rasgó sus vestidos y se vistió de cilicio y ceniza. Estas señales externas de rasgar sus vestidos eran habituales en Israel en tiempos de muerte, calamidad política, catástrofe natural o desastre militar, pero también era común entre otros pueblos incluidos los persas. Exteriorizan su gran dolor, lo contrario de nosotros que lo interiorizamos y lo escondemos.
Vestirse de cilicio era vestirse de saco, tela oscura y áspera que se usaba para demostrar pesadumbre. Ejemplos: Dan.9:3; cuando Tamar fue violada (2 S. 13:19); Acab ante las denuncias de Elías (1 R. 21:27).
Mardoqueo no sufrió en silencio o en intimidad en su casa, salió por toda la ciudad sin esconder su dolor.
Toda la comunidad hebrea en el imperio reaccionó de la misma manera, además se incluye un nuevo aspecto, el ayuno.
En las Escrituras, el ayuno sólo tiene sentido como vehículo de una auténtica expresión de humillación delante de Dios (Esd. 8:21; Joel 2:12). El ayuno y la oración van siempre unidos.
Comunicación entre Mardoqueo y Ester.
V.4: Al enterarse Ester se angustió en gran manera. Ella como reina no podía manifestar de esa manera su dolor, sin embargo yo creo que no sabía muy bien todas las noticias acerca de matar a todos los judíos. Solo le dolía la condición de Mardoqueo.
Le envía ropas a Mardoqueo para que se quite el cilicio, pero él no lo aceptó. Quizás Ester lo que quería era facilitarle a Mardoqueo la entrada al recinto de palacio y poder comunicarse con él como antes.
V.5: Ya que no puede hablar con Mardoqueo envía a un siervo fiel y confidente para preguntarle a Mardoqueo y para que le informe de todo lo que le pasa.
V.6: Esta conversación no se celebró en privado sino en la plaza de la ciudad un lugar muy público.
Vv.7-8: Mardoqueo le da toda la información de lo que ha pasado. También le da una copia exacta del decreto para que Ester sepa toda la verdad y no solo rumores de palacio.
Pero hay algo más, una petición de que interceda al rey por su pueblo. Al decir Mardoqueo que interceda por su pueblo, está descubriendo la identidad de Ester ante el siervo, pero se ve que Hatac demostraba ser un hombre de confianza.
Respuesta de Ester.
La reina confía plenamente en Hatac y le vuelve a enviar con una respuesta a su primo. La primera respuesta de Ester es poner objeciones a su plan. No se niega por completo pero si le sugiere que le está poniendo en una grave posición ante la ley y el rey. Podría perder su vida (v. 11).
Nadie podía entrar en los aposentos interiores del rey sin que él lo pidiera. Era una manera de protegerle y de que no le molestaran con problemas de cualquier índole. Sólo había una esperanza de que conservase la vida: que el rey al verla, le concediera misericordia por medio de un gesto convencional de extenderle el cetro real de oro. Ester tiene miedo.
Vuelve a responderle Mardoqueo.
Mardoqueo le responde a Ester con varios argumentos:
Intenta hacerle ver que va a ser inútil permanecer en el anonimato, escondiendo su identidad nacional. Ella era judía y aunque esté en el palacio también le afectará a ella. No podía escapar aunque fuera reina. Por lo tanto Ester no tiene nada que perder: si se presenta ante el rey quizás muera, si no, morirá con toda seguridad.
El segundo argumento descansa en las promesas de Dios (v.14). Mardoqueo tiene plena confianza en la intervención de Dios para liberar a los judíos. El sabe que vendría un Mesías por la línea judía y no puede ser exterminado el pueblo judío. Mardoqueo quiere hacerle ver a Ester que si ella no actúa, la liberación vendrá de otra manera. Dios tiene infinitas maneras de llevar a cabo su voluntad. Tú y yo le podemos fallar, pero eso no impedirá que se cumpla su voluntad. Él levantará a otro, o lo hará de otra manera. Nadie frustrará sus planes, nadie es imprescindible. La soberanía de Dios no anula la responsabilidad del ser humano. Pero el siervo infiel tendrá que atenerse a las consecuencias de su infidelidad.
El tercer argumento, vuelve a la providencia divina, puede que Dios ha permitido y guiado a Ester el llegar a ser reina para ese preciso momento, para salvar a su pueblo. Ester debe tener coraje y fe para llevar a cabo este plan. Ester está en una encrucijada y tiene que decidir si ser valiente o esconderse en el palacio.
Este principio también se aplica a nosotros. Dios nos pone en el lugar o posición que el quiere, porque hay una razón y debemos de encontrar esa razón y andar en ella.
Ester no lo tiene fácil, no le queda más opción que confiar en Dios, armarse de valor e ir al rey. ¿No es así también en nuestra experiencia? Muchas veces seríamos cobardes en nuestro testimonio si no fuera porque el Señor, por medio de nuestras circunstancias o de nuestros compañeros, casi nos obligara a ejercer nuestra fe y hablar como debemos.
En estos argumentos se demuestra que Mardoqueo era un hombre de fe, creía en la providencia divina, en las promesas de Dios y que Dios dirige toda la historia para bien de su pueblo.
La valentía de Ester.
Ester reconoce los argumentos de Mardoqueo y asume su papel. Su respuesta manifiesta su espíritu abnegado y su compromiso como creyente. Por un lado es valiente y ha decidido ir ante el rey, pero por otro ve su propia debilidad y necesita de la ayuda de los demás. Por eso pide ayuno y oración por ella. Ester reconoce que necesita la asistencia divina
para presentarse ante el rey. Los judíos tienen que apoyar a Ester con oración e intercesión.
El ayuno era intenso:
Todos los judíos en Susa. Que dure tres días. Que se mantenga durante la noche también. Que sea un ayuno de bebida también, no solo de comida. No solo ella iba a ayunar sino sus doncellas. Todo esto indica la seriedad del ayuno, porque la situación era urgente y muy grave.
Ester termina su contestación con las palabras tan valientes de:”Y si perezco que perezca”. Me recuerdan a los amigos de Daniel (Dn. 3:17-18).
Aquí también tenemos un principio en cuanto a nuestra obediencia a las leyes y autoridades civiles, siempre estará supeditada a la lealtad a Dios. Por lo tanto habrá momentos en que tengamos como creyentes por causa de la conciencia o del testimonio, que tomar decisiones o medidas que no sean conforme a la ley. Pero tenemos que atenernos a las
consecuencias legales, como iba a hacer Ester. Iba a correr un alto riesgo.
A veces estaremos puestos en una encrucijada que tendremos que elegir, o estar cómodos o cumplir con la voluntad de Dios cueste lo que cueste.
Jesús nos exhorta a tener la misma actitud (Mt. 10:28 “No temáis...”)
Ahora es Mardoqueo quien obedece las órdenes de Ester. Es una relación hermosa con un espíritu de sumisión y respeto mutuo.
La vida es una mezcla de luces y sombras, momentos de aflicción y otros de gozo. Sabemos que nuestro peregrinaje atraviesa lugares hermosos y otros duros y costosos. Sin embargo proseguimos en el camino, creyendo que un día, por la gracia de Dios, llegaremos a la gloriosa tierra celestial.