wood texture2 1024x768La Iglesia Católica enseña:

1. El dogma de la Inmaculada Concepción: María fue protegida de toda mancha de pecado original desde el primer instante de su concepción en el vientre de su madre. Fue declarado dogma por Pío IX en el año1854 (Leer el “Dogma católico” pág. 104).

2. María, “la Santísima”, vivió una vida inmaculada perfecta. Esto viene como consecuencia de la Inmaculada Concepción.

3. La virginidad perpetua de María. María fue virgen antes, durante y después del nacimiento de Cristo. La iglesia católica enseña: “Si alguno no confiesa, conforme a la doctrina de los Santos Padres, que la santa e Inmaculada Madre de Dios, concibió virginalmente por operación del Espíritu Santo y engendró de modo incorruptible, conservando la virginidad aún después del parto, sea anatema (Concilio de Letrán en el año 553).

4. María es la madre de Dios porque es madre de Jesucristo, quien es hombre perfecto y Dios perfecto.

5. María es la Madre de la iglesia.

6. La corredención de María. María es la corredentora porque participó con Cristo en el doloroso acto de la redención. María está de pie en la cruz como sacerdote cuando ofrece el holocausto. María sufrió tanto en la cruz que colaboró en la redención. Ella ofreció a Cristo al Padre en la cruz, y no solo lo ofreció sino que permaneció ante la cruz para sufrir con Cristo. Por eso la iglesia la llama la cooperadora de en la redención del hombre, nuestra corredentora.

7. Al final de su vida, María fue llevada en cuerpo y alma al cielo (La doctrina de la Asunción de María). Poco después de su muerte María resucitó y su cuerpo no sufrió descomposición. Este dogma fue declarado en 1950 por el Papa Pío XII el 1 de noviembre.

8. María es, junto con Cristo, la mediadora a quien podemos confiar todos nuestros cuidados y nuestras peticiones.

9. María mediadora universal de todas las gracias. María ha sido predestinada por su Hijo Jesús, como dispensadora de todas las gracias que habrá de conceder a los hombres. De tal forma que ninguna gracia baja a la tierra sin saberlo y quererlo ella.

10. El culto a María. Dios exaltó a María en la gloria celestial como Reina del Cielo y de la Tierra. Debe ser alabada con devoción especial. La iglesia distingue entre tres clases de culto: A) Latría: adoración a Dios. B) Hiperdulía: veneración a María. C) Dulía: culto a los santos. La gente no sabe ni diferencia entre estos tipos de culto o adoración y muchas veces anteponen la adoración a María en vez de a Jesucristo.


Pero la Biblia enseña:

1. María al ser descendiente de Adán, nació en pecado (Romanos 5:12; 3:10-12; 23).

2. María era pecadora; solo Dios es santo (Lucas 18:19; Romanos 3:23; Apocalipsis 15:4).

3. María fue virgen hasta el nacimiento de Cristo (Mateo 1:25). Después tuvo otros hijos (Mateo 13:55ss.; Marcos 6:3ss). Los hermanos de Jesús no creyeron en vida del mismo (Juan 7:5; Hechos 1:14). En el Nuevo Testamento no se encuentra el empleo de “hermanos” por primos. Lucas distingue bien entre hermanos “adelphos” (Lucas 8:21; 16:28) y pariente “synquenis” (Lucas 1:36; Hechos 23:16).

4. María es la madre terrenal de Jesús (Juan 2:1; Lucas 1:26ss; 2ss.; Hechos 1:14). La Biblia jamás llama a María madre de Dios, sino la madre de Jesús.

5. María es un miembro de la iglesia (Hechos 1:14; 1º Corintios 12:13, 27; Efesios 4:15-16).

6. Solo Cristo es Redentor porque solo Él sufrió y murió por el pecado. Hay un solo Redentor y no dos (1º Pedro 1:18-19; 3:18; Romanos 3:24; Colosenses 1:13-14; Apocalipsis 1:5). María no ofreció a Cristo sino que Jesús mismo se ofreció voluntariamente (Hebreos 9:14). Solo Cristo merece el título de Redentor.

7. Después de muerta, el cuerpo de María regresó al polvo (Génesis 3:19). ¡La Biblia no dice absolutamente nada de esto!

8. Cristo Jesús es nuestro único mediador entre Dios y los hombres, en quien podemos confiar todos nuestros cuidados y nuestras peticiones (1º Timoteo 2:5; Juan 14:13-14; 1Pedro 5:7).

9. Toda bendición y don viene de Dios y a él hay que orar y no a María (Santiago 1:17-18; Juan 14:13).

10. La Palabra de Dios enseña: no distingue entre culto de latría y de dulía, sino que prohíbe adorar y arrodillarse ante nada ni nadie que no sea el mismo Dios (Éxodo 20:3-5; Deuteronomio 5:7-9; 6:3; Mateo 4:10; Lucas 4:8; Juan 9:38; Hechos 10:25-26; 14:11-15; Apocalipsis 22:8-9).Solo Dios y el Señor Jesucristo deben ser alabados y adorados en el cielo y en la tierra (Salmo148:13; Apocalipsis 4:8-11).

Conclusión:

A la luz de todo lo que hemos visto, tenemos que decir en conclusión que la María que enseña la Iglesia Católica no es la sencilla María que nos muestran las Escrituras. Se ha distorsionado su persona grandemente y se le ha puesto en un lugar y posición que solo Cristo merece.
Por lo tanto nuestra confianza para la eternidad tiene que estar puesta en Cristo, nuestro Salvador, Redentor, Rey, y Señor y no en criaturas humanas. Que el Señor nos ayude a seguir contemplando a María como la “bienaventurada entre todas las mujeres”, y un ejemplo de humildad y obediencia en la fe, pero nada más. Ella murió y está con su Señor como todos los demás creyentes que han partido de este mundo.


Cristo es nuestra única esperanza y al cual debemos adorar y rendir culto. ¡A Él sea la gloria!

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