Marta(Lucas 10:38-42; Juan 11:1-44; Juan 12:1-2)


Introducción

Casi siempre, se estudian a estas dos hermanas juntas, Marta y María. Y casi siempre se analiza una en oposición a la otra, viendo las diferencias que tenían una con la otra, y sacando conclusiones, a veces erróneas, de que una era más espiritual o mejor que la otra. En estas comparaciones, Marta siempre sale perdiendo, y creo que no es justo. Por ello, quiero que estudiemos a Marta y María separadamente y que veamos a cada una de manera objetiva y aprender de las dos. Empezaremos con Marta.

Quién es Marta

La Biblia no nos dice mucho de la historia de Marta, solo que era la hermana de María y Lázaro y que vivían los tres juntos en Betania, un pueblecito a 4 kilómetros de Jerusalén.

Algunos estudiosos asocian a Marta como la mujer o viuda de Simón el leproso, por los siguientes textos (Mateo 26:6; Marcos 14:3; Juan 12:1-2) y que después de morir Simón le dejó la casa a Marta, siendo ella la propietaria de la propiedad según Lucas 10:38:”y una mujer llamada Marta le recibió en su casa”.

 

Vamos a ver los tres pasajes que nos hablan de Marta: una comida, una muerte y un banquete.

I. La cena en casa de Marta (Lucas 10:38-42)

En primer lugar me gustaría destacar la gran hospitalidad de Marta en el v. 38. Marta recibió, acogió, abrió las puertas de su casa a Jesús y sus doce apóstoles, sin contar quizás con las mujeres que le seguían. Aquí vemos a una mujer que sin avisar, aparecen en su casa un grupo de 13 personas como mínimo y los acoge sin dudar. Seguramente no solo tuvo que darles de comer sino preparar habitaciones y camas para que durmieran.

Marta es un hermoso ejemplo de una mujer hospitalaria, que disponía de su hogar y sus bienes para el servicio del Señor. Ahora bien, déjame que te pregunte, ¿cómo reaccionarías tú si vinieran 13 personas a tu casa buscando comida y alojamiento y sin avisar? ¿con quejas o excusas, de no puedo, no estoy preparada etc.? La Biblia nos habla de que debemos estar dispuestas a ser hospitalarias cuando se nos ofrezca la oportunidad. ¿Es tu casa una casa abierta a los hermanos? ¿Es tu casa una casa donde la gente se siente cómoda y a gusto? Nuestro hogar no debe ser una fortaleza que a la gente le cueste llegar y entrar, sino un lugar accesible y apacible, donde los santos con necesidad encuentren cobijo.

La actitud de Marta

Marta tenía un gran corazón y era una mujer muy generosa al recibir al Señor y sus discípulos, pero tenía un problema. Estaba muy ocupada preparando la comida o la cena para sus invitados, estaba tan afanada y tan turbada, que se enfadó cuando vio que María su hermana se sentó a los pies de Jesús para escucharle y no le ayudó en la cocina. No es el servicio de Marta lo que está mal, sino su actitud en el servicio. Marta no hacía nada malo en servir a los invitados, había que preparar comida para ellos, pero su actitud en el servicio era incorrecta.

Marta se enfada con su hermana porque no la ayuda y se queja a Jesús de que no se preocupa por ella, y se lo dice públicamente y con enojo v.40.

Jesús no le contestó con enfado, al contrario, su respuesta fue amable y llena de gracia. Mostró compasión por ella. La llama dos veces “Marta, Marta”, es a la única mujer que Jesús la llama así, mostrando paciencia y cariño. Jesús le quiso hacer entender que aunque era necesario preparar comida para los invitados, su enfado era injustificado, y defendió la decisión de María como la mejor elección v. 42. La amonestó de estar demasiado ocupada con las cosas externas v. 41, ya que esa actitud puede ser un estorbo para no estar en comunión con el Señor.

Por lo tanto, déjame que te pregunte ¿estás tan ocupada con la casa, el marido, los hijos, el trabajo, incluso con actividades de la iglesia, que no tienes tiempo para orar y estar en comunión con Dios? Si todo esto te impide acercarte más al Señor es que no has escogido la buena parte. Debemos saber priorizar en nuestra vida. A veces tenemos que elegir, no entre lo bueno y lo malo, eso es fácil de distinguir, sino entre lo bueno y lo mejor. Que el Señor nos de sabiduría.

II. La fe de Marta (Juan 11:1-44)

Hubo un episodio muy triste en la vida de Marta. Su hermano Lázaro murió por una enfermedad y ella antes de que muriera Lázaro envió a buscar a Jesús para que viniera a sanarlo, que se encontraba en otra ciudad. Jesús en vez de ir, se retrasó a propósito dos días más. Jesús quería mostrar la gloria de Dios, por medio de esta enfermedad v. 4. Al final Jesús con sus discípulos, fueron a casa de Marta.
Cuando Marta oyó que Jesús venía salió a su encuentro y le dijo v. 21:”Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto”. Parece que hay como un poco de regañina hacia Jesús. Pero a la vez, vemos la fe de Marta al decirle a Jesús “Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará” v. 22. Vemos como Marta muestra su total confianza y fe en el poder de Jesús. Pero sigue su conversación con él v. 23-27.

Jesús le dice que su hermano resucitará, y ella lo entiende como una promesa futura v. 24., no como una realidad presente, pero manifiesta su fe “yo sé”. En esta conversación Marta recibe una de las palabras y promesas más hermosas de la Biblia “Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá”. ¡Cuánto consuelo han traído estas palabras a tantas personas cuando han perdido a algún ser querido!

¿Qué quiere decir este versículo? Que Jesús mismo es la vida, de él procede todo, él es el único que puede dar vida eterna a todos los que se acercan a él por medio de la fe. Él es la resurrección, la muerte no pudo con él, se levantó de los muertos y así un día también nosotros lo haremos, en un abrir y cerrar de ojos. Nuestros cuerpos se levantarán de las tumbas y se unirán a nuestras almas para toda la eternidad.
Vemos como Jesús le pregunta directamente a Marta ¿crees esto? Y ella confiesa con su boca y con su corazón v. 27:”Sí Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo”.

Déjame que te haga la misma pregunta ¿crees esto? Tu respuesta a esta pregunta dependerá de si has aceptado a Cristo como su Salvador y Señor en tu vida. ¿Quieres tener vida eterna? Pues cree en él, arrepiéntete y acepta la obra de Cristo en la cruz en tu lugar.

Después ya sabéis todas lo que ocurrió. Jesús manifestó su poder y gloria resucitando a Lázaro de los muertos, después de estar cuatro días muerto v. 43-44.

III Un banquete para Jesús (Juan 12:1-2)

El siguiente pasaje que vemos es el tercer y último donde se menciona a Marta. Se nos dice que es seis días antes de la pascua, o sea, seis días antes de que Jesús muriera en la cruz. Me llama la atención que Jesús no volvía a su casa con su madre y hermanos para descansar, sino que casi siempre lo vemos en casa de Marta, María y Lázaro. Allí él encuentro reposo, sosiego, comunión. Allí es recibido y querido. Eso nos dice mucho del hogar de Marta, sería tan acogedor que el Señor lo eligió para descansar de su mucho trabajo, y pasar unos días antes de su propia muerte.

Aprendamos a que nuestro hogar sea un lugar donde los hermanos puedan ir a desahogarse, a descansar de sus cargas, que sea un lugar de acogida a los demás.

En el versículo 2, vemos a Marta de nuevo sirviendo, pero hay otra actitud, ya no hay esa queja contra su hermana, se respira paz y tranquilidad.

La valentía de Marta

Puede pasar desapercibido, pero Marta es una mujer valiente porque si leemos en Juan 11:57 “Y los principales sacerdotes y los fariseos habían dado orden de que si alguno supiese dónde estaba, lo manifestase, para que le prendiesen”. En esta orden por los fariseos Marta se está jugando su propia vida porque está acogiendo en su casa a una persona que lo busca la ley para matarle (Juan 11:53). Hay que ser muy valiente para abrir tu casa y de manera abierta (Juan 12:9-11) a una persona perseguida por la ley, pero ella lo hizo con todo su amor y con todas las consecuencias.

¿Eres tú valiente? ¿En qué circunstancias peligrosas podemos mostrar nuestro amor y servicio al Señor?

Aplicación

Creo que son muchas las lecciones que nos da Marta con su vida y que no debemos pasar por alto:
1) Era una mujer muy hospitalaria, que abrió su casa a Jesús. ¿Cómo puedes tú abrir tu casa para Jesús?

2) No debemos darle demasiada importancia a las cosas secundarias, que nos quiten de vista lo más importante. Cuidado con el peligro de estar demasiado ocupadas como le pasó a Marta, que descuidemos lo más importante. Buscar un equilibrio entre el servicio a Dios y nuestra relación con él. Da ejemplos prácticos de cómo hacer esto.

3) Fue una mujer de fe y muy valiente aun en tiempos de peligro. ¿Cómo es tu fe? ¿Solo son palabras o se muestra en situaciones difíciles? Que el Señor nos ayude a aprender de Marta todo lo bueno y a corregirnos como ella lo hizo de todo lo que tenía incorrecto en su vida. Demos muchas gracias a Dios también por las muchas Martas que existen en las iglesias, y que nos son de tanto ánimo y apoyo.

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