estatuaPara poner un poco en antecedentes este texto, diremos que el reino de Babilonia que se extiende desde el 609 a.C. está avanzando y estamos en el año 539 a.C., hace por lo menos 50 años que Daniel fue llevado junto con los demás expatriados a Babilonia y está a punto de ver la caída de este imperio.

¿Nos acordamos del capítulo 2 y el sueño de la estatua de Nabucodonosor?

El rey sueña con una estatua con cabeza de oro, pecho de plata (imperio medo-persa), vientre y muslos de bronce que representaban a Grecia y piernas y pies de hierro, que representaban a Roma. Bueno, pues, estamos ante el final de la cabeza de oro y al comienzo de este capítulo, la escena es de Babilonia sitiada por el ejercito medo-persa

Vamos a situar también el personaje. Se trata de Belsasar, en las escrituras se habla de él como hijo de Nabucodonosor, pero los historiadores y comentarios no lo sitúan como hijo directo de Nabucodonosor. En realidad el rey en el trono en este momento es un tal Nabonido que había usurpado el reino y entrega éste en manos de su hijo Belsasar, por eso cuando le ofrece un puesto a Daniel en el reino, solo puede ofrecerle el tercer lugar, pues ellos ocupaban los dos primeros lugares.

Hay un gran contraste entre este Belsasar y Nabucodonosor, este último era un inteligente constructor y Belsasar era un despilfarrador. Nabucodonosor, había tomado los utensilios del tempo de Dios, pero no había hecho uso de ellos, los había puesto en sus templos junto con los demás utensilios robados a otras naciones, pero Belsasar va un paso más y profana esos utensilios.

Leemos v. 1-4. ¿Parece realmente una ciudad sitiada? El rey o gobernante está montando “la gran fiesta” con mil de sus príncipes, sus mujeres y concubinas, total miles de personas bebiendo vino y ebrios, se dedican a realizar profanaciones y blasfemias contra el Dios de Israel. Belsasar pide los utensilios que Nabucodonosor había traído del tempo de Jerusalem, para usarlos como recipientes y usarlos para alabar a sus dioses. La blasfemia de Belsasar no era solo una falta de respeto hacia los objetos sagrados de una religión sino que había una burla de lo que aquellos recipientes representaban, a Dios mismo, al Dios de los judíos y quería mostrar que este Dios para él no valía nada, se estaba riendo del nombre de Dios. Es como el texto que estamos viendo el domingo por la tarde Isaias 35,36 Senaquerib está retando a Dios mismo y el final de Senaquerib es la muerte a manos de sus propios hijos y este Belsasar no le anda lejos.

Leemos 5-9. En esta gran fiesta aparece la mano en la pared que escribe unas palabras, dicen los comentaristas que estaba escrito en arameo. Claro, ante esta visión, el rey se echa a temblar y llama a sus magos, caldeos y sabios de su reino que vienen y “otra vez” como pasó con los sueños de Nabucodonosor son incapaces de dar una interpretación. Podemos preguntarnos como se puede repetir hasta tres veces el mismo error y es que los humanos, caemos y volvemos a caer en nuestros errores. Este rey o no sabía de la historia o la había olvidado, parece ser más bien la primera opción.

Leemos 10- 16. Aquí aparece este personaje la reina, que posiblemente no sea la esposa de este Nabonido, sino alguien de más edad, pues conoce la historia de los sueños de Nabucodonosor y las interpretaciones de Daniel. Si hubiese sido Nabucodonosor mismo, no había hablado de Daniel como “en el que moran los espíritus de los dioses, y con inteligencia y sabiduría de los dioses”, sino que hubiese dicho en el que mora el Espíritu del Único Dios. Pero Daniel entonces es traído ante el rey y el rey repite lo que le han dicho a él, ¿Daniel puedes interpretar lo que no han podido mis sabios, pues en ti moran los espíritus de los dioses?, dame pues la lectura y la interpretación y te doy lo más valioso que puedo darte el tercer lugar en el reino. Parece mentira lo que la ceguera y la falta de realidad pueden hacer, pues no le estaba ofreciendo nada, estaban a punto de ser derrotados, más bien parece una segunda burla hacia Daniel más que otra cosa, pero vamos a ver lo que Daniel tiene que decir.

Leemos 17-24.

Daniel rechaza cualquier cosa que este rey le pueda ofrecer, sabemos que anteriormente fue puesto en puestos importantes en el gobierno anterior pero ahora el desprecio es rotundo ante los agasajos que le quiere dar el rey, Sigue mostrando la valentía de siempre.

Daniel hace toda una exposición de la historia de Nabucodonosor reconociendo que fue Dios quien le dio el reino “El Altísimo Dios, dio a Nabucodonosor tu padre el reino y la grandeza, la gloria y la majestad.” Pero cuando se ensoberbeció y se llenó de orgullo, Dios lo despojó del trono y de su gloria, lo humilló y lo hizo como una bestia hasta que reconoció que Dios Reina sobre todos los hombres y que merece la adoración como único Rey y Señor.

Le muestra al rey su pecado, has traído los utensilios del templo, los has usado para tu fiesta, los has profanado dando alabanza a dioses falsos y al Dios verdadero no has honrado y esta mano es la mano de Dios.

Podemos ver una advertencia en el v.22 que podemos aplicar a nuestros días y a nosotros mismos “y tu, no has humillado tu corazón, sabiendo todo esto” hay muchas cosas que como cristianos sabemos, sabemos la ley de Dios y lo que nos pide, sabemos que Dios quiere que cumplamos su ley moral, que se quiten de nosotros la avaricia, la codicia, las habladurías, las ofensas, las pesas injustas, los engaños y “sabiendo todo esto” le seguimos fallando. También es una advertencia hacia nosotros, que debemos hacer lo contrario de Belsasar, humillarnos ante Dios mismo.

Leemos 25 – 31.

1. La escritura era en idioma arameo:

  • MENE = enumerar o precisar
  • TEKEL = pesar
  • UPARSIN = PERES (singular) = romper en dos, dividir

2. Para Belsasar significaba:

  • MENE – Dios contó su reino y estaba llegando a su fin
  • TEKEL – Dios pesó a Belsasar y encontró faltas
  • PERES – Su reino había sido roto y dado a los medos y persas

Podemos pensar por qué cuando Dios le da a Nabucodonosor la visión del árbol y le da un año para que se arrepienta, podía haber hecho lo mismo con Belsasar, ¿Por qué no le da un año también? ¿Por qué no le envía a Belsasar una locura como a Nabucodonosor? no podemos explicar sino lo que dice en Romanos 9:18 “de quien quiere tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece”. Dios tuvo misericordia de Nabucodonosor pero no de Belsasar.

Mene, Tus días han sido contados. Nuestros días están contados, Dios les ha puesto principio y fin y no viviremos ni más ni menos, de lo que él ha establecido.

Tekel, Pesado has sido en balanza, y fuiste hallado falto. Todos vamos a ser pesados en la balanza de la justicia de Dios y todos seremos hallados faltos. Porque en la balanza no está puesto otro como nosotros o peor. A un lado de la balanza esta Cristo y al otro nosotros, el es la perfección y nosotros qué podemos ofrecer… Isaias 64. “nuestras justicias son trapos de inmundicia delante de los ojos de Dios” Prov. 21:2.”Todo camino del hombre es recto en su propia opinión, pero Jehová pesa los corazones”

Peres, Tu reino ha sido roto y repartido entre los persas y los medos. Peres significa dividir, dividido y repartido en trozos. Ciro persa y Dario el medo, eran suegro y yerno, era un reino divido en dos.

¿Qué hizo Belsasar después de esto?

Daniel fue hecho el tercero del reino. Belsasar está continuando con la provocación a Dios. Se burla de Daniel, lo viste de púrpura y le da el collar de oro. Dice la escritura que Ciro el persa conquista la ciudad de Babilonia, Dicen los historiadores que cuando llegan los persas incluso los soldados están borrachos. Los persas desviaron el curso del rio y pasaron por el lecho del rio e invadieron la ciudad y Belsasar esa misma noche es asesinado.

La escritura sigue en la pared para esta generación.

Esta historia también nos apunta a Cristo.

Cristo trae palabras de juicio y pide el arrepentimiento.

Como Daniel, Cristo fue insultado, vestido de púrpura y puesta la corona de espinas, burlándose de él

Cristo es el único que en verdad agrada a los ojos de Dios.

Cristo es él mismo el que es sacrificado en nuestro lugar, Nosotros somos Belsasar con nuestras ofensas ante los ojos de Dios y Cristo se pone en nuestro lugar.

Belsasar y su fiesta representan nuestra sociedad, parece que se lo están pasando tan bien…. pero Cristo tiene una fiesta mejor, eterna, para siempre. Nos pide arrepentimiento, y fe.

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