El título proviene del nombre del profeta a quien Dios dio su mensaje (Am.1:1). El nombre de Amós quiere decir “carga” o “llevador de carga”.
Autor y fecha
Amos era de Tecoa, una pequeña villa a 16km al sur de Jerusalén. No era de descendencia sacerdotal o noble, sino que trabajaba como pastor y recolector de higos silvestres (Am.1:1; 7:14). Era un contemporáneo de Jonás, Oseas e Isaías. La fecha de escritura es a mediados del siglo VIII a.C. durante los reinados de Uzías, rey de Judá y Jeroboam II, rey de Israel, dos años antes de un terremoto memorable (Am.1:1; Zac. 14:5).
Contexto histórico
Amos fue un profeta de Judea llamado a entregar un mensaje principalmente a las tribus del norte de Israel (Am. 7:15). Políticamente era un tiempo de prosperidad bajo el reino largo y seguro de Jeroboam II. También fue un tiempo de paz tanto con Judá como con sus vecinos alrededor. No obstante, espiritualmente fue un tiempo de corrupción desenfrenada y decadencia moral (Am. 4:1; 5:10-13; 2 Reyes 14:23-24).
Temas históricos y teológicos
Amós se dirige a dos pecados primordiales de Israel:
1) Una ausencia de adoración verdadera.
2) Una falta de justicia.
En medio de su desempeño ritualista de adoración, no estaban buscando al Señor con el corazón (Am. 4:4-5) ni siguiendo su norma de justicia con sus vecinos (Am. 5:10-13; 6:12). Esta apostasía, evidenciada por el rechazo continuo y deliberado del mensaje profético de Amós, es juicio divino prometido. Sin embargo, debido a su pacto, el Señor no abandonará a Israel en su totalidad, sino que traerá restauración futura al remanente justo (Am. 9:7-15).
Juicios en contra de las naciones (1-2)
Estos dos capítulos primeros son 8 acusaciones poéticas contra 6 naciones alrededor y acabando con Judá e Israel. Todas empiezan con el mismo mecanismo retórico. Cada nación era culpable de un número incalculable de pecados, por eso dice “por tres pecados de … y por el cuarto” Dios no invalidará su castigo. A las naciones extranjeras le dedica unos cuantos versículos, pero a Israel 10 versículos.
Condenaciones en contra de Israel
En Am. 3:1-2 del capítulo 3 el conocimiento al que se refiere, es a una relación íntima. Sin embargo, la elección soberana de Dios a favor de Israel no la eximió de recibir castigo por su desobediencia.
En Am 3:3-8 el Señor formuló una serie de preguntas para mostrar que así como algunas cosas son ciertas en la naturaleza y la vida diaria, también es impensable que lo que suceda en Israel esté fuera de la soberanía divina. ¡Ciertas acciones tienen ciertos resultados! El Señor ha dicho una palabra y por eso el profeta tiene que hablar y el pueblo escuchar con temor y temblor. El lugar de obedecer, trataron de silenciar al profeta (Am. 2:12; 7:12-13). El juicio viene pero el Señor en su gracia advirtió a la nación por adelantado a través de sus profetas (Am. 8).
En Am. 3:9-15 se profetiza que Israel será capturado y deportado por los asirios. En Bet-el Israel había construido un lugar principal de culto para que no tuvieran que ir a Jerusalén. Construyeron dos becerros de oro y sacrificaban en los altares a estos ídolos (1 Reyes 12: 25-33).
En Am. 4:1-3 “Las vacas de Basán” se refiere a las mujeres de Samaria que vivían con muchos lujos. Basán era una región muy fértil, famosas por sus prados abundantes. Israel disfrutó de mucha prosperidad económica, pero había mucha injusticia social. El v. Am. 4:2-3 revelan cómo los cautivos serán sacados de la ciudad por entre los muros resquebrajados, como un símbolo de su derrota absoluta.
La persistencia de Israel en pecar (Am. 4:4-13)
Con sarcasmo agudo, Amós acusó a Israel por sus sacrificios y su religión ritualista. Tengamos cuidado nosotros de no caer en el mismo error. Podemos venir a la iglesia, leer nuestra Biblia, traer nuestras ofrendas, etc. pero si no se hace con un corazón arrepentido y transformado, de nada sirve (Am. 5:21-24). Bet-el fue donde Jacob tuvo su sueño (Gen. 28) y Gilgal, donde Israel fue circuncidado antes de rodear a Jericó, ambos lugares sagrados para Israel.
Am. 4: 6-11 nos narra las veces que Dios advirtió a Israel en el pasado, pero de nada sirvieron como dice la frase “más no os volvisteis a mí”. Muchas veces nos ocurren cosas malas que no entendemos y quizás son advertencias de Dios para volvernos a Él, pero seguimos siendo rebeldes, no “queremos” volvernos a Él.
Tantas advertencias y tanta rebeldía, pero “Israel fue como un tizón arrebatado del fuego” (Am 4:11). Solo fue a causa de la misericordia de Dios que Israel se salvó de caer en extinción.
Por tanto Israel “prepárate para venir al encuentro de tu Dios”, el concepto general de este encuentro se remonta a la preparación de Israel para recibir el pacto en el Monte Sinaí (Exodo 19:11). Aquí el profeta implora a la nación entera que se prepare para ser juzgada. El Dios de los ejércitos, el todopoderoso es al que se tienen que enfrentar.
Llamamiento al arrepentimiento (5)
Dios castigaría a Israel con los asirios y muchos acabarían muertos en las batallas. Se había pervertido tanto la justicia que era como el ajenjo, una hierba con sabor amargo (Am. 5:7, 10-12). Sin embargo como siempre Dios les anima a buscarle y a vivir (Am 5:4, 6, 8, 14,15). Dios quiere que volvamos a Él, no quiere que muramos, no quiere castigarnos, pero si persistimos en pecar, Él actuará.
Hasta los malvados querían que llegara el día del Señor con la convicción falsa de que traería victoria en lugar de juicio. Además de adorar a Dios en el desierto, Israel también rindió culto a Moloc y Quiún, adoraban a las estrellas (Hechos 7:42-43).
Asiria conquistó a Israel en el año 722 a. C.
Israel será destruida (6)
Dios juró por sí mismo que no quedarían sin castigo (Am. 6:8), el juicio vino. Ahora veían a Dios como un enemigo y ni siquiera se atrevían a mencionar su nombre (Am. 6:10).
Al igual que hay cosas que son imposibles por naturaleza, igualmente el juicio con cierto llegará (Am. 6:12-14).
Las cinco visiones de Amós (7-9)
- Visión de langostas (Am. 7:1-3). La primera visión simboliza la acción de Dios y consistió en una nube de langostas que devoraba la última cosecha del pueblo, después de que el rey recogiera la primera cosecha. Pero se arrepintió Jehová.
- Visión del fuego (Am. 7:4-6). La segunda visión tiene que ver con una sequía devastadora que acaba el suministro de agua en el subsuelo y ocasiona aridez total en los campos. Amós intercedió de nuevo y Jehová se arrepintió.
- Visión de la plomada (Am. 7:7-9). La verdadera naturaleza espiritual de Israel fue puesta a prueba y se determinó que no era satisfactoria conforme a la plomada de la justicia divina. La espada de juicio vendría sobre Israel.
Amós y Amasías (7:10-17)
Las palabras de Amós calaron tan hondo en el corazón de los líderes de Israel, que ellos le acusaron de conspirar contra el rey. Amasías le dice a Amós que se calle ya y que se vaya a su tierra a profetizar, vaya en otras palabras que los deje tranquilos. Dios mismo responde a Amasías el sacerdote idólatra con un castigo personal y familiar y el castigo a Israel.
- Visión de la fruta de verano (Am. 8:1-14) . Así como la fruta madura por completo en el sol veraniego, Israel estaba listo para recibir su juicio. Israel celebraba el día de la luna nueva y los mercaderes expresaban su deseo de que pasara pronto la fiesta y los días de reposo para hacer negocio, hacían evidente su avaricia (Am. 8:4-6). Durante tiempos de prosperidad, la nación rechazó a los profetas pero durante el cautiverio no pudieron hallar la palabra del Señor.
- Visión del altar (Am. 9:1-10). Esta última visión comienza con el Señor que está parado al lado del altar en Betel y manda que el templo sea derribado, de tal modo que cae sobre los adoradores sin que se libre uno solo. Con gran desesperación por escapar, ninguno podrá esconderse de la mano de juicio. Su omnipotencia se revela en la creación y en su dominio soberano de las naciones.
La restauración de Israel 9:11-15
Estos últimos versículos son difíciles de entender pero son de gran esperanza para Israel porque Dios los restaurará. “Yo levantaré el tabernáculo caído de David”, en el concilio de Jerusalén, convocado para discutir si los gentiles debían permitirse en la iglesia, Jacobo cita este pasaje (Hechos 15:15-16) para apoyar el informe de Pedro de cómo Dios visitó a los gentiles por primera vez. El pasaje por lo tanto se cumplió en Jesús, el mayor Hijo de David.
Conclusión y aplicación
¿Qué podemos aprender de este libro?
- Que nosotros a igual que el pueblo de Israel seguimos pecando en los mismos pecados que ellos: ausencia de adoración verdadera, una falta de justicia e idolatría.
- Que Dios nos advierte una y mil veces para volvernos a él (4 y 5).
- Debemos prepararnos para el encuentro con Dios porque no sabemos cuándo nos llegará.
- La misericordia de Dios, Él siempre tiene un remanente por pequeño que sea, ¿eres parte de él?
- La paciencia y misericordia de Dios tienen un límite, no es para siempre. ¡Hoy es el día de salvación!
- La misericordia de Dios, Él siempre tiene un remanente por pequeño que sea, ¿eres parte de él?
- Cuando el Señor venga de nuevo, todo será restaurado y perfecto.