devocional Dios existencia“Dice el necio en su corazón: No hay Dios.” (Salmo 14:1)

Al comenzar nuestras notas acerca de Dios tenemos que decir que la Escritura no intenta demostrar su existencia, simplemente lo afirma, lo da por hecho. No hay esfuerzo alguno en argumentar para convencer.

Comienza diciendo que en el principio Dios ya estaba ahí (Gen.1:1) y que negar su existencia es por tanto de necios (Salmos 14:1; 53:1). Es más, negarle o despreciarle es causado por el pecado y es pecado en sí (Salmos 10:3-4). No es responsabilidad en primer lugar del creyente demostrar su existencia, aun cuando tengamos argumentos y placer para hacerlo, sino del ateo en demostrar que no existe.

Cada ser humano tiene evidencias de la existencia y presencia de Dios en la naturaleza (Romanos 1:20) (Salmos 19:1), también tiene su propia conciencia o una especie de ley genética que le impulsa a buscar, preguntarse sobre El.

El mismo raciocinio o sentido común puede guiar a nuestra mente a pensar que es más fácil, hay más argumentos y por tanto es más lógico que haya un “Alguien”, en lugar de “Nada” que ha diseñado lo que hoy somos y tenemos en el universo.

Pero aun así la Escritura tiene poder para convencer, pues al final este no es un problema mental o científico, que pudiera solucionar un ordenador, sino que es un problema moral, de voluntad.

Oración

“Gracias Dios mío por estar ahí y no estar callado”.

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