devocional decretos de Dios y el mal“A éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole.” (Hechos 2:23)

Anteriormente, ya señalábamos cómo Dios decidió o decretó de antemano todo lo que él quiso para sus propósitos y eternidad, no hay nada que sea sin su voluntad o permiso. Pero, ¿qué ocurre entonces con el mal?, ¿cómo entró en el mundo?,  ¿tiene algún propósito bueno? No podemos responder a estas preguntas con suficiente firmeza pues la Escritura guarda silencio en explicaciones. Aun así…

Dios decreta la entrada del mal. Así lo confiesa Job (Job 1:21-22;2:10), Isaías (Is.63:17) o Jeremías (Lamentaciones 3:38). Esto fue así desde el mismo momento que Dios transmitió un mandato al primer hombre (Gén.2:15-17), con él declaró dos males posibles, la desobediencia (mal moral o pecado) y la muerte (mal o daño físico).

Dios permitió el pecado pero no lo causa, pues él no puede pecar ni mover a nadie a hacerlo (Santiago 1:13) (Sal.92:15).

El pecado, desobediencia a la ley divina o mal moral, nace en el corazón del ser humano caído (Santiago 1:14-15). Él es el único responsable, no puede echarle toda la culpa ni aun a Satanás, él es solo el tentador (Mt.4:3).

Al permitir o no frenar el pecado, lo que hace Dios es usarlo para su gloria (Gén.50:20) (Hch.4:27s).

Dios ha hecho todas las cosas, incluso al impío para sí mismo (Proverbios 16:4) y al mismo tiempo se deleita en salvar a culpables de pecado (Rom.9:14-23)

Oración

“Padre, siento mucho mi pecado y te doy gracias por tu perdón. Me dejaste caer para tener a bien levantarme”.

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