devocional el ser humano“Este es el libro de las generaciones de Adán. El día en que creó Dios al hombre, a semejanza de Dios lo hizo.

Varón y hembra los creó; y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adán, el día en que fueron creados.” (Génesis 5: 1- 2)

El ser humano, como varón o mujer, es una creación directa de Dios (Gén.1:26, 28; 2:18-25; 5:1-2) pero diferente a las demás criaturas, pues fuimos hechos a su imagen y semejanza, con una función concreta y un propósito extraordinario.

Por imagen y semejanza queremos decir que somos un reflejo de él, pero no una copia exacta o completa, y aunque el pecado daño es imagen (Gén.9:6) (Sant.3:9), aun pueden verse señales de nuestro hacedor, no en lo físico, pues Dios es espíritu (Jn.4:24), pero sí en lo espiritual (alma), intelectual (raciocinio, lógica), moral (pudor, vergüenza, sentido de culpa), emocional (sentimientos complejos y múltiples), relacional… Además de tener, por eso mismo, conceptos del tiempo, eternidad y del lenguaje más allá de solo comunicación (lenguaje abstracto), del arte y la creación en sí misma.

Al ser creación suya, somos resultado de su voluntad y quedamos bajo ella. El ser humano es de él y para él. Nuestra razón de ser es glorificarle y servirle en todo (Is.43:7) (1 Cor.10:31) (Ef.1:11s) (Ap.4:11), pero también es el de gozarnos en él (Sal.16:11; 27:4; 73:25s). Cuánto más le reflejemos, más le glorifiquemos y más le gocemos, más humanos seremos.

Pero también somos criaturas para que él se goce en nosotros (Is.62:5) (Sofonías 3:17s) y pueda seguir obrando y manifestando su plan final, eterno y glorioso.

Oración

“Dios mío, qué gran bien para mi alma saber que soy obra de tus manos y que aún sigues obrando en mí”.

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