devocional el ser humano naturaleza y composicion“Y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio.” (Eclesiastés 12: 7)

Aun cuando somos cuerpo, es decir, agua, polvo, química, energía, etc…, no somos solo cuerpo.

La Escritura en ocasiones parece definirnos como una tricotomía, es decir tres partes (cuerpo, alma y espíritu) (1Tes.5:23), otras lo hace como una dicotomía (cuerpo y alma) (Mt.10:28), incluso de otras maneras (Heb.4:12).

Se podría generalizar y concordar que el ser natural (carnal, externo) y el ser interior (espiritual, alma) son inseparables en esta vida. Que al cuerpo le corresponde la mente, voluntad y fuerza es decir: pensar, decidir, hacer (Mt.22:37) (Mr.12:30) y al ser interior, sentir, emocionarse y relacionarse con lo espiritual de Dios.

Ambas partes pecan (1Ped.1:22) (Apo.18:14), sufren las consecuencias (Prov.17:22), deben de ser restauradas y deben de adorar (Jn.4:23) en espíritu y verdad;  con el alma (Sal.62:1), con el cuerpo (Salmo 63:1), con el corazón (Salmo 84:2) y con las manos y voz (Sal.47:1). Con todo el ser.

No hay parte más mala o buena, aunque en ocasiones parece haber una lucha (Rom.7:15-23). La conciencia puede decir que algo es malo y el corazón que es bueno, o se puede adormecer la conciencia (1 Tim.4:2) y despertar el corazón. Damos gracias de que en el creyente ahora mora el Espíritu Santo (Rom.8:10s).

La muerte es la separación momentánea del alma y el cuerpo (Eclesiastés 12:7).

Oración

“Padre, siento una lucha constante en mí, pero que no sea lo que yo quiera, sino lo que tú quieras”.

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