devocional la resurrecion y ascension“E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad:

Dios fue manifestado en carne,

Justificado en el Espíritu,

Visto de los ángeles,

Predicado a los gentiles,

Creído en el mundo,

Recibido arriba en gloria.”(1 Timoteo 3:16)

De lo extraordinario de la encarnación, y pasando por el asombre de la cruz, llegamos a la grandeza de la resurrección de Cristo.

Fue un acontecimiento real (Luc.24:1s) y físico, le pueden ver, tocar sus heridas, come (Luc.24:39-43) por lo que echa en tierra todo intento de negarlo como hecho histórico, aunque sí fue un cuerpo transformado, con nuevas propiedades (Luc.24:13ss, 37).

La resurrección no solo fue la chispa de ánimo que inició la predicación (Luc.24.34) (Hch.2:24, 32; 3:15) sino que era necesaria para nuestra regeneración (Rom.6:4, 11, 14) (1 Pedro 1:3), justificación (Rom.4:25), santificación y obediencia (Rom.14:7-9) (1 Cor.15:58) y nuestra propia resurrección (1 Cor.6:14; 15:12-58). Nuestra vida nueva debe descansar y estar llena del Cristo resucitado (2 Cor.5:15).

Pero él no resucitó para seguir aquí, sino que al completar su obra de redención volvió a su gloria (Jn.17:5) (Fil.2:9), a la derecha del Padre (Heb.1.3; 12:1s) (Sal.110:1). Pasó de un lugar concreto a otro (Luc.24:50s) (Hch.1:9s). Desde ahí asegura nuestra ascensión (Jn.14:3) y un lugar para nosotros (Jn.14:2), confirma su autoridad y la promesa de su venida y nuestra glorificación (Ap.3:21).

Oración

“Quiero darte gracias por Cristo tu Hijo, Padre, por su venida, muerte, resurrección y ascensión y todo lo que implica para mí”.

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