devocional vida cristiana glorificar a Dios“Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.” (1 Pedro 4:11)

La vida cristiana debe consistir básicamente en glorificar a Dios y gozar de él.

Hay muchos otros términos en la Escritura que enfatizan diferentes aspectos y medios para este mismo objetivo.

Por supuesto que glorificamos a Dios por medio de la obediencia. La ley no es dada al creyente para alcanzar salvación, sino para disfrutar de ella. La ley o su palabra es por tanto nuestra delicia (Sal.119:24, 75, 92, 143, 174). Le glorificamos disfrutando de todo aquello que él nos da: salvación, paz, esperanza, fruto del Espíritu… y una infinidad de otras cosas. Pero debemos ir aún más allá.

En el Antiguo Testamento el término más recurrente es el temor (Deut.10:12-13) (Eclesiastés 12:13), que implica temor reverente, no miedo, sino asombro, rendición, descansar y dejarse llevar por él, y aunque también se encuentra en el Nuevo Testamento (2 Cor.5:11), compartimos más el gozo (Sal.10:16; 70:4) (Habacuc 3:18) (Filip.3:1; 4:4) o el deleite (Sal.37:4) (Is.58:14) (2 Tim.3:14). Por qué conformarse con las cosas que Dios da, pudiendo tener a aquel que nos da todas las cosas, si y tenemos paz con Dios (Rom.5:1) podemos tener el mismo Dios de paz (Rom.15:33) (2 Cor.13.11).

De esta forma el servirle será un placer y el placer una necesidad.

Oración

“Dios mío, que servirte y honrarte sea mi mayor placer hoy y siempre”.

0
0
0
s2sdefault
Back to Top
Las cookies facilitan la prestación de nuestros servicios. Al utilizar nuestros servicios, usted acepta que utilizamos cookies.
Política de privacidad De acuerdo Rechazar