devocional oracion el modo“Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.” (Santiago 1: 5)

Cuando oramos demostramos nuestra confianza en el carácter de Dios (poder, justicia o misericordia) y acudimos a su voluntad preceptiva, que no la decretiva o secreta, pues en su misericordia, a veces espera para hacer su voluntad, ya decidida, cuando nosotros pedimos (Mt.6:8; 9:37s).

El patrón o norma bíblica es dirigir la oración al Padre (Luc.1:2, 13), pero también en algunas circunstancias, se pueden dirigir al Hijo (Hch.7:59) o al Espíritu (Hch.5:3).

Orar en el nombre de Jesús (Jn.14:13s; 15:16; 16:23s) (Ef.5:20) no implica necesariamente repetir su nombre, pues no hay magia o poder en citar ese nombre, sino descansar en él como mediador (1 Tim.2:5) (Heb.4:14-16), pedir con su autoridad (Hch.3:6; 4:7; 16:18) (1 Cor.5:4) y su carácter (1 Juan 5:14s).

Por ser débiles e ignorantes y para poder pedir como conviene (Santiago 4:3), tenemos la necesidad del Espíritu Santo (Rom.8:26-27), que nos ayuda e intercede, como el que conoce las cosas de Dios (1 Cor.2:11). Nos capacita, nos da esperanza, nos recuerda y pone en nuestros labios las palabras adecuadas (Mt.10:19-20).

Hay también una promesa de bendición cuando nuestras oraciones están unidas y de acuerdo con otros hermanos (Mt.18:19s).

Oración

“Gracias, Dios mío, por darme la convicción de que escuchas mi voz y conoces mi corazón”.

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