“El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; si, ven, Señor Jesús.” (Apocalipsis 22: 20)

La era cristiana o de la iglesia se marca desde la primera venida de Cristo a la segunda (Ap.20:1-15). Este es el único pasaje que habla de un milenio (v.2, 5, 7), que por el lenguaje profético-simbólico ha creado diferentes posturas. Para entender pasajes difíciles debemos ir primero a lo más claro que a lo difícil, a lo literal antes que a lo figurado, a lo general antes que a los detalles. ¿Qué podemos afirmar?

Cristo consumó su obra y ahora está preparando nuestra morada antes de venir a por nosotros (Jn.14:2, 3).

Satanás sigue activo contra la iglesia (Mt.16:18) y en su dominio en el mundo (Jn.8:44), pero no puede prevalecer, está limitado por la obra de la cruz (Jn.12:31; 16:11), por lo que podemos predicar el evangelio (v.3) (Mt.28:18). Aun cuando pueda traer tiempos duros (Mt.24:3, 7-8) (Mt.24:24), su fin está escrito y su castigo preparado (v.10-15).

Los creyentes pasaremos por tribulaciones, pero al igual que las almas de los que ya murieron y están en los cielos (Ap.20:4) las nuestras también lo estarán igualmente.

Cuando Cristo aparezca los muertos resucitarán y junto a los que viven saldremos a recibirle y ya estaremos siempre con él (1 Tes.4:13-18). Nuestro camino es tortuoso, pero el final es glorioso.

Oración

“Gracias, Dios mío, aunque mi vida aquí puede ser difícil, mi alma y vida eterna están seguras”.