“Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio.” (Hebreos 9:27)
Dios muestra su gloria entregando, por amor, a su Hijo, salvando al pecador por gracia, etc. pero también la muestra juzgando. El juicio de Dios sobre toda su creación es muy claro en toda la Escritura (Mt.25:31-46) (Ap.20:11-15). No le temblará la mano como no le tembló con Adán, Noé, Babel, Sodoma.
Solo habrá un juicio y será tras la muerte de cada uno (Heb.9:27) y en la segunda venida de Cristo (Mt.25:21), que se sentará como juez (Rom.14:20) (2 Cor.5:10), y abogado y acusador (Mt.25:34s, 41s).
Los incrédulos serán juzgados según sus obras aquí (Rom.2:5-7) (Ap.20:12), sus palabras (Mt.12:36) y secretos (Luc.8:17; 12:2), y según estas será el grado de su castigo (Mt.10:15; 11.24).
Los creyentes también compareceremos (2 Cor.5:10) (Ap.20:12, 15), pero sin ningún temor en él (Jn.5:24) (Rom.8:1). En él recibiremos alabanza (1 Cor.4:5), galardón (Ap.11:18) y corona (1 Cor.9:25) (Ap.2:10). Ya no habrá memoria de nuestros pecados (Is.43:25) (Heb.8:12; 10:17).
Los ángeles caídos, muerte y Hades, también serán juzgados y castigados (2 Pedro 2:4) (Jud.1:6) (Ap.20:4, 13, 14).
Los libros (Ap.20:4) no serán abiertos para descubrir nada a Dios, sino para declarar públicamente que él es Santo y Justo (Ap.19:1,2) (Rom.2:11; 3:19).
Debemos tener presente en nuestro mensaje el juicio final, como exhortación para nosotros (1 Pedro 1:17) y aviso al mundo (Mt.10:15; 11:24; 12:37) (Rom.2:5).
Oración
“Dios mío, aun cuando ya no tengo temor del infierno para mí, no permitas que pierda mi temor a ofenderte”.